El vecino de Barro José Eirín está desde primera hora de la tarde de este lunes en la cárcel de A Lama como supuesto autor del homicidio de Jessica Méndez, una joven con raíces en Pontevedra y Barro a la que presuntamente acosaba desde hace años y a la que la semana pasada, según las primeras investigaciones, mató provocando un accidente de tráfico en el que empotró su coche contra el suyo en Porráns, Barro.
El juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Caldas de Reis ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza alrededor de las dos de la tarde y dictó un auto por el que está investigado por un delito de homicidio o asesinato, pendiente de concretar a lo largo de la instrucción judicial.
El sospechoso permaneció en los juzgados de Caldas durante cuatro horas y media, entre las 10.00 y las 14.30 horas, mientras en el exterior de los juzgados la tensión iba creciendo. Ya a su llegada, a las 10.05 horas de este lunes, en un vehículo camuflado, allegados a la víctima le recibieron entre gritos e insultos y a su salida estaban más enfadados y llegaron a golpear el furgón policial.
"Cabrón", "hijo de puta", "nos jodiste la vida a todos", le gritaron alrededor de 15 personas que esperaban a las puertas de los juzgados a su llegada por la mañana. Visiblemente alterados, y casi todos llorando, se encararon con él e imploraron: "Hay que pedir Justicia por Jessica, por favor".
A lo largo de la mañana, la tensión fue en aumento y también el número de personas allí concentradas, que se convirtieron en varias decenas, entre las que estaban el hermano y el novio de la víctima, así como muchas amigas y una amplia representación de la familia política.
La palabra "Justicia" fue una de las más escuchadas entre las personas concentradas, deseosas de acercarse al sospechoso. A su llegada al juzgado, quedaron detrás de un pequeño cordón de guardias civiles que rodeaba el turismo en el que fue trasladado. Ya a su salida, se desplazó hasta los juzgados de Caldas un furgón policial con el que sería trasladado a la prisión de A Lama.
En ese momento, cuando ya se iba con destino a prisión, la tensión se elevó, se desplegó un cordón policial mayor alrededor del furgón y decenas de personas intentaron alcanzar al detenido. No lo lograron, pero sí llegaron a golpear el furgón visiblemente alterados y entre gritos e insultos, que también dirigieron a los agentes de la Guardia Civil que protegían el vehículo.
A José Eirín no se le podía tocar y tampoco llegó a vérsele la cara. A su llegada, llevaba una capucha, mascarilla y agachaba la cabeza. A su salida, añadía unas gafas de sol.
Cuando el sospechoso ya ponía rumbo a la cárcel, la rabia que demostraron los allegados dio paso a las lágrimas y fueron muchas las personas que rompieron a llorar y tuvieron que recibir consuelo, entre ellos, su pareja, un chico que llevaba tres años de relación con la víctima, con la que vivía en Portas.
Eirín, de 41 años, fue detenido por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra el viernes por un delito de homicidio por presuntamente matar a Jessica en un accidente de tráfico registrado el día anterior. La chica, de 29 años y con raíces en Verducido (Pontevedra) y Barro, aunque actualmente vecina de Portas, sufrió lesiones graves y acabó falleciendo en el hospital al día siguiente.
La joven era presuntamente víctima de acoso y había denunciado al presunto homicida por haber pinchado la ruedas de su padre. Según relata el entorno de Jessica, el acoso era continuo desde hace tiempo y continuaba pese a que ella se había mudado a vivir a Portas con su pareja. Continuaba acudiendo a Barro a la casa familiar, donde había estado viviendo, y el jueves por la mañana salía de allí cuando el detenido presuntamente se empotró contra su coche. El acusado residía en Barro en una casa muy próxima.