27 Días: Amarte mientras amas…

09 de febrero 2025

Recordemos siempre que, para amar a otros de manera plena, primero debemos aprender a amarnos a nosotros mismos.

"Si no has sido capaz de amarte a ti mismo mientras amas a otro, el verdadero problema está en ti. No se soluciona castigando ni culpando al otro, sino aprendiendo a aceptarte, convirtiéndote en tu mejor aliado y, sobre todo, descubriendo cómo amarte plenamente".

Es común escuchar a personas justificar su inacción en la vida culpando a otros por su falta de iniciativa o de logros personales. Muchos se perciben como una sombra junto a los demás e incluso sienten la necesidad de alejarse para no sentirse opacados. Lo que más me llama la atención es que estas personas aún no han descubierto que cada uno de nosotros es único y tiene un brillo propio que nadie puede opacar. 

Quiero aclarar que no me refiero a relaciones marcadas por maltrato emocional o control, sino a vínculos entre personas maravillosas, libres y comprometidas, que aun así terminan por la falta de amor propio y mutua admiración. Es ahí donde los complejos y las frustraciones no sanadas comienzan a levantar muros y a crear abismos insalvables.

No puedo evitar notar que, cuando una relación se rompe por este tipo de razones, no solo hay una falta de amor, sino algo aún más serio: una falta de admiración genuina hacia la pareja.  Siempre he creído que, para amar verdaderamente a alguien, primero le debes admirar. Además, cuando se instala un ambiente de competencia dentro de la pareja, el desenlace es inevitable: vamos directo al fracaso.

Para escribir sobre el amor y el desamor, he tenido que observar, aprender y, sobre todo, desaprender. En este proceso, he desarrollado una curiosa habilidad para notar los detalles que muchos pasan por alto. Y es ahí, en esos pequeños matices, donde suelen estar la mayoría de las respuestas.

Por eso, no dejes que los detalles importantes pasen desapercibidos. Si tu pareja no celebra tus éxitos, no disfruta de tus logros o no te admira, probablemente estés en una relación con alguien que carece de amor propio. Recordemos siempre que, para amar a otros de manera plena, primero debemos aprender a amarnos a nosotros mismos.

Lo más triste de todo esto es que estas relaciones inevitablemente terminan. Uno de los dos tendrá una mejor probabilidad de ser feliz, ya sea solo o acompañado, mientras que el otro iniciará una nueva relación sin haber comprendido que su falta de amor propio sigue siendo el verdadero obstáculo.

Esta persona creerá haberse liberado de un yugo, pero en realidad, el yugo no era la relación, sino ellos mismos. Sin sanar, seguirá repitiendo el mismo patrón, incapaz de ser feliz o de brindar felicidad a alguien más.

Si estas palabras te resuenan y te sientes identificado, cuéntamelo. Pero, más importante aún, abre el diálogo. Busca ayuda, primero para ti mismo y luego para la relación, si consideras que vale la pena luchar por ella.

Sin embargo, no olvides que hay cuestiones demasiado personales que no te corresponde resolver. Cada quien tiene su propio camino y su propia responsabilidad para sanar. Lo que el otro necesita solucionar está fuera de tu control.