Miguel Anxo Prado: "Nunca tiven espírito de best-seller nin de autor maldito"
Por Anxo Lourido
Acompañado del dibujante Kiko da Silva, Miguel Anxo Prado llega a la Libraría Paz repartiendo sonrisas y abrazos. En el segundo piso del local esperaban caras conocidas como los pintores Antón Sobral y Manuel Moldes, el escritor Manuel Lourenzo, el cineasta Pablo Cacheda o el concejal Luis Bará. La expectación se debe a que el autor coruñés presenta en Pontevedra su última novela gráfica, Ardalén, una obra de 256 páginas que le ha llevado tres años de trabajo. "Non é tanto. Hai 10 anos teríame levado seis facelo", asegura el historietista que comienza a narrar cómo fue el proceso de creación "sempre a partir de pezas anárquicas que quedan aí no arredor".
Ardalén se centra en la memoria y Miguel Anxo afirma que "o amor só o pode explicar a memoria. Se nós non lembramos que onte queriamos a unha persoa, sería sempre un volver a empezar, como en Memento". E apunta que "é unha historia con poucos personaxes que viven naufraxios interiores e persoais que entretecen un pano de sentimentos". Pero más allá del argumento, el dibujante considera que es un libro especial pola satisfacción que le produce ver "que se editou en galego antes que en francés, finés ou turco" y además será la primera de sus obras, en los más de treinta años que lleva publicando, que saldrá en todos los países con el mismo título que hace referencia a un viento del sur con una historia propia.
Miguel Anxo Prado dice mostrarse sorprendido porque llega a público de todas las edades y añade que "é magnífico que aínda teña medo a non conectar cos lectores" porque confiesa que "nunca tiven espírito de best-seller. Non teño esa capacidade pero tampouco teño alma de autor maldito. Eu quero un equilibrio inestable e iso ten a súa complicación". Ahora está trabajando en una historia en clave de aventuras en torno a los demonios pero reconoce que "os meus demos reflexionan, discuten. Sei que nunca vou facer Indiana Jones con aventuras trepidantes e diálogos divertidos".
El más conocido de los dibujantes gallegos habla del pasado, de cómo vivió el 23-F cumpliendo con el servicio militar o de sus años en Los Ángeles trabajando en la colección Men in black, pero también habla del futuro: "fixen unha promesa pública de non facer ningún cetáceo nos dous próximos libros" y es que los mamíferos marinos son ya una seña de identidad desde que los incluyó en un epílogo para Trazo de xiz.
La charla finaliza con un divertido: Algo máis? a de unha, a de dúas, a de tres...
Y los asistentes se ponen en fila con su Ardalén bajo el brazo a la espera de que Miguel Anxo Prado se lo dedique con un dibujo exclusivo hecho con detalle, paciencia y destreza.
"ÿ que é todo un artista", dice alguien al fondo de la sala.