Un mes lleva el Club Cisne Balonmano sin conocer la victoria en División Honor Plata. Las lesiones, sumadas a las imprecisiones y los apagones ofensivos están sentenciándolo jornada tras jornada para caer a la octava plaza de la clasificación.
Es verdad que este sábado tenía una tarea difícil ante todo un Barça Atlètic, pero el partido empezó de forma casi perfecta para los de Pontevedra, que, apoyados en Roney Franzini, enchufaban un primer parcial de 4-1.
Sin embargo, el buen arranque se vio empañado con una primera exclusión de Álex Conde y otra de Alberto Delgado, ésta última especialmente castigada por un Barça que aprovechaba esa superioridad numérica para devolver la igualdad (5-5).
Se apagó en ese momento la luz en tareas ofensivas para ambos conjuntos, que estuvieron más de siete minutos sin romper ese resultado. Las defensas apretaron los dientes y Franzini y Filip Saric hicieron lo propio bajo palos.
Tim Álex fue el autor del sexto tanto y Oriol Zarzuela del séptimo (5-7), Jabato paró el tiempo y Alberto Molina, en una rápida acción de ataque, volvió a meter a su equipo en la pelea y dar paso a los instantes de máxima igualdad (10-11).
Al arranque de la segunda mitad el protagonismo siguió siendo tanto de la zaga como de los guardametas. Franzini, muy acertado bajo palos, mantenía vivo a un Cisne que erraba una y otra vez de cara a portería y que anotaba un solitario gol por medio de Dani Serrano en más de ocho minutos disputados. Mientras, en el lado contrario las cosas tampoco iban demasiado bien (11-14).
Detuvo el cronómetro Jabato y Furtado redujo distancias, pero cuando parecía que la reacción llegaría, Djordje Cikusa y Óscar Grau pusieron más tierra de por medio (14-19).
Se le empezaba a escapar el partido al conjunto pontevedrés, que pecaba de precipitación y no encontraba la clave para doblegar a un Barça que pese a ser incapaz de sacarle provecho a los errores, mantenía esa pequeña renta de cinco goles que estaba siendo más que suficiente.
El tiempo se agotaba y al Cisne se le acababan las ideas. La defensa 5-1 no surtió el efecto deseado y, cansados de remar, los jugadores blancos bajaron los brazos, dando alas a un equipo catalán que no tuvo piedad y sentenció en 22-28.
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