La historia del olimpismo guarda un pequeño espacio para la leyenda de un masajista y recuperador pontevedrés, José Luis Torrado 'O Bruxo'.
Así lo ha sabido reconocer este jueves, en un acto celebrado en Santiago de Compostela, el Comité Olímpico Mexicano, que quiso homeajear a O Bruxo entregándole una medalla y un diploma por su labor en los Juegos de 1968, la primera cita olímpica de las cinco a las que acudió como preparador del equipo nacional español de atletismo.
Torrado empezó a forjar su historia en el deporte nacional e internacional en México, en donde no se negó a atender a todo deportista de otro país que se lo solicitaba. Así, por ejemplo, consiguió que el triplista italiano Gentile superase una lesión en la fase de clasificación para hacerse con una medalla, o ayudó a que el norteamericano Bob Seagren ganase la medalla de oro en el salto con pértiga.
Esa generosidad, una constante en toda su carrera y que se trasladó a su clínica pontevedresa por donde han pasado grandes nombres del deporte durante años, le ha valido ahora, casi 50 años después, un cariñoso homenaje.
Fue Olegario Vázquez, miembro del Comité Olímpico Internacional, el que conoció la historia de José Luis Torrado y propuso reconocer su labor.
Al acto acudieron además el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Ramón Lete, y la Secretaria Xeral para o Deporte de la Xunta de Galicia, Marta Míguez.