Entre borrasca y borrasca, me asomo a la ventana del telediario donde la vida transcurre entre órdenes ejecutivas del flamante presidente de EEUU. Semeja un personaje de los Simpson, pero el poder absoluto que le han dado los ciudadanos en compañía de una pléyade de plutócratas que le ríen las gracias, arremete como un buldozer contra todo y a pesar de todo. No le importan los derechos humanos, la justicia, el cambio climático, el respeto a las demás naciones. Se ha atrevido a indultar o conmutar las penas a los que protagonizaron el motín del capitolio.
Nos encontramos ante una derecha autoritaria, que tiene un apoyo considerable (más de 75 millones de estadounidenses lo han votado) y a pesar de decisiones tan absurdas como firmar una orden para volver a las pajitas de plástico, el adiós a la diversidad, igualdad e inclusión, el fin del derecho al asilo, la moratoria a la ayuda humanitaria; muchos han sucumbido a su trampantojo: trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es. Y, lamentablemente esta forma de actuar se está generalizando. Dirigentes como Milei, Bekele, Orban y los que están “formándose” para ejercer su liderazgo a imagen y semejanza del supremo líder. Políticos como Abascal que están empezando a copiar su discurso.
Sí, es un peligro, basta con ver su firma con un predominio total de ángulos, parecen puñaladas energéticas, como sí las marcara con un cuchillo y no sólo los Gazatíes, los emigrantes, la persecución a sus adversarios políticos y a los que lo investigaron, la retirada de la OMS. Nosotros los ciudadanos del mundo, no debemos mirar hacia otro lado. Tenemos que reaccionar a tiempo sino seremos los próximos que sufriremos las arremetidas de alguien que pasará a la historia, ya veremos cómo???...