Reponer la mano de la tertulia de los músicos de San José, 1.200 euros
Por Mónica Patxot & Natalia Puga
La figura de Valentín Paz Andrade en la composición de los músicos de la plaza de San José ha recuperado su mano. La había en la tarde del 31 de agosto cuando un niño de tres años quedó atrapado entre los brazos de la estatua y, para liberarlo, los bomberos utilizaron un gato hidráulico con el que acabó por romperse la pieza. Este miércoles, un equipo de tres personas, entre ellas el escultor, la repusieron.
El autor del grupo escultórico, César Lombera, explicó que la factura que han pasado al Concello de Pontevedra para reparar la pieza asciende a 1.200 euros. En un primer momento no estaba claro quién debía afrontar los gastos de la reparación, pues se trata de una cesión de la antigua Caixa Galicia al Concello, de modo que se retrasó el inicio del proyecto para la reparación.
Tras realizar un presupuesto e informe técnico, Lombera acudió con otras dos personas y un equipo de soldadura especial. 'Pegaron' la mano, repasaron la soldadura, igualaron la zona y le echaron un ácido "para que vaya cogiendo la pátina dentro de unos días". Esto es, la estatua no ha quedado reparada de forma inmediata, sino que será necesario que en los próximos días se vuelva a dar una mano de ácido para acelerar el proceso y tardará una semana en igualarse el color y el brillo de la nueva pieza con la del resto de la estatua.
Lombera ha tenido que reparar su estatua, pero no critica que se haya llegado a esta situación, pues entiende que aquella tarde de agosto "la presión de tanta gente expectante, los nervios, el niño gritando..." motivaron que fuese urgente actuar y se optase por utilizar una especie de gato hidráulico de los que se utilizan en las excarcelaciones de accidentes y "lógicamente con la presión rompió el brazo". "En estos casos hay que tomar decisiones salomónicas", concluye.
Tampoco critica que el niño haya llegado a quedar atrapado en la tertulia, pues la estatua de San José "es el mejor parque público que hay en Potnevedra", en el que hay muchos niños de edades muy pequeñas jugando. Él se muestra satisfecho porque "procuro que mis esculturas sean interactivas", pero reconoce que "tanto, no", De todas formas, tampoco se plantea que haya que vallar o proteger al tertulia, sino que "todas las esculturas que tengo son con intención de que s con la gente y se pueda interactuar con ellas".
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Por Redacción | Creada y actualizada