Un mozo pontevedrés renuncia á cidadanía galega indignado pola abstención nas eleccións autonómicas
Por Anxo Lourido
Ignacio P. M., de 34 anos de idade, é un mozo informático pontevedrés que leva oito anos residindo en Barcelona. Ata o domingo mantiña o seu empadroamento en Pontevedra porque quería exercer o dereito ao voto na súa cidade natal. O luns sorprendeu aos amigos, a través das redes sociais, anunciando que trasladaba o seu censo á Cidade Condal debido á indignación que lle provoca a alta porcentaxe de abstención durante a xornada electoral rexistrada o pasado domingo nos comicios ao Parlamento de Galicia.
Ignacio publicou unha carta na que expón con detalle os motivos polos que presenta a súa baixa como cidadán pontevedrés e galego. Nela expresa o seu malestar, sobre todo, pola apatía de aqueles ciudadáns que non intentan estimular ás personas que manifiestan a súa intención de non votar.
A continuación publicamos a carta, co consentimento do autor, que foi publicada a través das redes sociais.
"Me doy de baja como gallego
Llevo 8 años viviendo en Barcelona, pero hasta hoy he seguido empadronado en Pontevedra, mi ciudad natal. Tenía el ideal, un poco romántico, de que mi voto era más necesario en Galicia (ya sea en las elecciones locales o en las autonómicas) que en Catalunya. El hecho de no estar empadronado en la comunidad en que resido conlleva algunas complicaciones, quizá la más importante sea no poder disponer de tarjeta sanitaria (sí, llevo 8 años yendo al médico como 'desplazado'), el incordio de votar por correo... realmente nada demasiado grave y, sobre todo, me parecía que valía la pena.
Tras los resultados electorales de ayer 21 de Octubre de 2012, esta mañana he acudido a darme de baja como ciudadano gallego.
Simplificando mucho las cosas, las sucesivas victorias del Partido Popular se deben a tres razones:
1. La gente que, en todo su derecho, vota al PP.
2. La gente que no acude a votar.
Desde siempre, se ha culpabilizado a la baja participación como única explicación posible de victorias de la derecha, incluso cuando el candidato popular lleva años metiendo la pata y las cifras oficiales echan por tierra todas sus promesas electorales y sus mentiras a pie de mitin, sus maneras caciquiles, el clientelismo repugnante... ¿qué os voy a contar que no sepáis?
Pero hay un tercer punto que siempre se obvia y que, para mí, es decisivo y el más importante:
3. La gente que sí vota, pero no hace nada por animar a los que se abstienen para que vayan a votar.
Es muy cómodo dar por hecho que son únicamente los políticos, sus inútiles y despilfarradoras campañas electorales, y los medios de comunicación vendidos a la propaganda (es que ya ni disimulan, vaya) los que tienen que convencer a la gente para que el domingo que toque se tomen la molestia de acercarse a su colegio electoral.
Ahora que por fin existe, y funciona, una alternativa para que el voto en blanco sea computable y tenga consecuencias reales (se llama "Escaños en Blanco", ayer consiguieron más de 16 mil votos), no hay en absoluto ninguna excusa para no votar.
Se puede pensar "La gente tiene derecho a no votar si no quiere, y yo debo respetar su decisión". En condiciones "normales" estoy de acuerdo. Pero no estamos viviendo condiciones normales:
- Se está desmontando el estado de bienestar, pagado con los sueldos de todos nosotros, pieza por pieza.
- Se están degradando a propósito y con saña los servicios públicos (educación, sanidad, transporte, infraestructuras) para poder justificar que no son eficientes, y así privatizarlos (= malvenderlos) al empresario de turno, y que tengamos que volver a re-pagarlos.
- Se está retrocediendo en derechos civiles (empleo, vivienda, aborto, manifestación, igualdad) sin que haya justificación, ni económica ni de ningún otro tipo.
- Se está pagando con nuestro sudor la deuda de los bancos privados españoles, que le deben dinero a los bancos privados alemanes, franceses y holandeses, que prestaron su dinero de forma irresponsable y ahora no quieren asumir sus riesgos y su mala inversión.
- Se nos está amenazando con un rescate que no es otra cosa que coger el dinero de los impuestos de países ricos de Europa, para dárselo a los bancos privados españoles, y que éstos se lo devuelvan a los bancos privados de esos mismos países (a ver si se enteran los alemanes). Ni un euro del rescate se invertirá en sanidad, subsidios de desempleo o nada que remotamente beneficie directamente al ciudadano.
Las elecciones de ayer en Galicia, además, es por todos sabido que servían de termómetro no sólo respecto al funcionamiento de la comunidad, sino de todo el Estado, y por extensión, de la doctrina impuesta desde Europa. Se ha validado todo ello, y se ha dado luz verde para que siga adelante.
Y tú, que sí has votado, ¿has intentado convencer a alguien para que, esta vez, sí vaya a votar? ¿te has implicado?
La gente que no vota es cómplice directo de todo esto. Eluden su responsabilidad (por omisión) con las excusas más peregrinas:
- "No creo en el sistema. Votar no sirve de nada": el hecho de no votar, no te inmuniza a las consecuencias de las decisiones que tomen los que ganan. Insisto, el voto nulo, el voto en blanco tradicional o el voto en blanco computable que mencioné más arriba, son a día de hoy las únicas formas efectivas de mostrar descontento.
- "Votar cada 4 años no es democracia, es una farsa": ¿para qué quieres más democracia, si no aprovechas la poquísima que todavía tienes? ¿por qué desaprovechas la oportunidad de darle una patada en el culo a la panda de psicópatas farsantes que nos gobiernan? (nota: busca la definición de psicopatía en Wikipedia)
- "Por un voto más o menos no va a notarse la diferencia": no, pero si tú votas, y convences a otro para que vote, y éste a su vez convence a otro, y así en cadena, la diferencia sería enorme. El deber de enriquecer nuestra calidad democrática es nuestro, no podemos delegarlo en los políticos, en sus campañas y en sus medios de comunicación comprados y desinformadores.
- "Me da igual todo": eres gilipollas. Mientras no vuelvan a imperar la normalidad democrática, la conciencia social y el sentido común, lo "políticamente correcto" no procede, renuncio a ello. Eres un puto gilipollas y te mereces todo lo que te pase como consecuencia de quien te gobierne. Y que ni se te ocurra quejarte. Discutiré con quien haga falta e incluso perderé amistades si no queda más remedio pero no votando estás jodiéndome la vida y empujándome a irme del país.
Y tú, que sí has votado, ¿has intentado convencer a alguien para que, esta vez, sí vaya a votar? ¿te has implicado?
Yo desisto, os digo adiós con el corazón. Ya no será mi responsabilidad lo que allí se elija y me quedo muy a gusto.
Un abrazo, nos vemos en Suiza limpiando váteres."