Oliver Laxe, en Pontevedra: "Pode gustar máis ou menos, pero 'O que arde' era unha película necesaria"
Por Alejandro Espiño
Veinte mil espectadores en apenas una semana han visto ya O que arde. "É un exitazo para nós porque é moi difícil competir coas películas que están na carteleira", destaca su director, el gallego Óliver Laxe, que este jueves ha estado en los cines de Pontevedra para presentar un film aclamado por la crítica y reconocido internacionalmente.
A pesar de que, actualmente, tan solo se puede ver en 49 salas de toda España -19 de ellas en Galicia-, O que arde se ha situado entre las diez películas más taquilleras del país. Todo un logro para una producción que tiene una distribución tan modesta. "É mérito voso", dijo Laxe a los espectadores pontevedreses. "Estades respondendo moi xenerosamente", ha añadido.
Esta respuesta ha permitido, por un lado, que la película tenga garantizada una segunda semana de exhibición en Pontevedra y, además, haya conseguido colarse en la carrera para estar en los próximos Premios Goya, algo complicado para un film rodado en gallego. "Non podo estar máis contento", afirmó el director antes de la proyección de su película.
"Dá gusto ver tanta xente", dijo Óliver Laxe a los espectadores que llenaban el patio de butacas de la sala, a los que pidió que vieran la película "coa pel" en lugar de verla con la cabeza, para "poñerse cómodos" y que la historia que cuenta, la relación "de amor e dor" entre una madre y un hijo con los incendios forestales como telón de fondo, pudiera "penetrar" en todos ellos.
Tras la presentación, el director relató a PontevedraViva que el éxito de esta película está siendo "inesperado", aunque añadió que "eu sempre confío no cinema que fago e confío no espectador". Eso sí, reconoce que "fun tozudo" con esta película rodada en Galicia, en los Ancares lucenses, y "dimos coa tecla e está gustando moitísimo".
Considera que O que arde es una "película espello" porque el público "se está vendo reflectido" en ella, ya que el gran protagonismo que tiene el monte, el campo y el mundo rural gallego hace que los espectadores vean en ella "ecos do pasado, do presente ou da familia".
"É unha película na que o que florece é o amor dunha nai polo seu fillo e como o fillo coida dela", explica Óliver Laxe, que destaca que a pesar de ser una "historia moi galega" en países tan dispares como Rusia, Israel, Alemania, Estados Unidos o Canadá "a xente dime que Benedicta -la anciana protagonista- lémbralles á súa avoa".
Con Benedicta y Amador, su hijo en ficción, "houbo que traballar desde cero" ya que nunca antes habían pensado siquiera en convertirse en actores. A pesar de ello, señala Laxe, "fixeron un traballazo" y fueron "moi dedicados e leais" al proyecto, incluso aportando ideas de sus vidas cotidianas, ella como campesina y él como agente forestal, que enriquecieron la historia.
"Á marxe de que che poida gustar máis ou menos, era unha película necesaria. Esta película non a fai Oliver Laxe. Emana dunha necesidade, dun grito da sociedade, da sensibilidade dunha época e dunha xeración que se plasma na película", indica.
O que arde será, según algunos críticos, una película clave en el audiovisual gallego, un punto de inflexión como fue en su día Sempre Xonxa. Su director, en todo caso, destaca que por primera vez en la historia de la cultura gallega, Galicia cuenta con una "diversidade de creadores" que cuentan con el "beneplácito" de las vanguardias internacionales.
En Cannes, Toronto, Berlín o Locarno, los principais festivales de cine, "estase falando do que está a pasar en Galicia"
"Estamos conectados e xa visibilizados como un movemento de cine en Galicia", afirma el responsable de películas aclamadas en festivales de todo el mundo como Todos vós sodes capitáns ou Mimosas. En Cannes, Toronto, Berlín o Locarno, añade, "se está falando do que está pasando en Galicia", por lo que reclama "seguir traballando" en esa línea.
Centrado ahora en la presentación de esta película, Óliver Laxe trabaja ya en lo que será su próximo proyecto cinematográfico. "Será unha película máis grande e internacional que vou a ir facendo pouco a pouco", desvela, aunque su idea es "manter un equilibrio" y seguir rodando una película fuera de Galicia y otra en territorio gallego.
A pesar de ello, sus planes artísticos quedarán aparcados un tiempo. Asegura que los próximos "dous ou tres anos" invertirá todo su "tempo e enerxía" en un centro pedagógico que impulsará en Os Ancares. En él, organizará unos doce eventos culturales al año con el objetivo de que el rural "non morra" y contribuir a asentar población.
"Facer cine está ben pero quero facer cousas máis tanxibles", apunta para concluir la conversación con PontevedraViva y poner rumbo a Vigo en donde también le esperaban para uno de los pases de una película que va camino de batir todos los records en un audiovisual gallego que, paso a paso, está demostrando todo su potencial.