Ascender a Segunda División, objetivo del árbitro pontevedrés Vidal Araújo
Por Diego Espiño
Galicia cuenta actualmente con un árbitro en la Primera División, Iglesias Villanueva, y uno en la Segunda, Pérez Pallas. Los cupos territoriales que hacen a veces casi imposible el ascenso de categoría ahora mismo no están cubiertos, por esa razón el pontevedrés Manuel Vidal Araújo aspira a seguir ascendiendo en el mundo del fútbol, "pitar en el play-off es el objetivo número uno, es un premio a una buena temporada y a todo el entrenamiento, los viajes...todo lo que venga a partir de ahí bueno será, pero me gustaría intentar luchar por el ascenso".
Ocho son los colegiados gallegos en Segunda B de los 120 que componen la categoría. La pasada temporada Vidal Araújo concluyó en el puesto 46 de valoración del Comité Técnico de Árbitros (CTA). Después de la primera jornada liguera una lesión de menisco le obligó a pasar por el quirófano, pero el próximo fin de semana vuelve a los estadios de la categoría de bronce con el Sporting B-Tenerife.
"En Pontevedra somos 160 árbitros. Es bastante, supongo que la crisis también ayuda a que la gente quiera meterse en esto"
Su reaparición sin embargo se produjo el pasado lunes como cuarto trencilla del Real Sociedad-Rayo Vallecano de Primera, en una temporada en la que los banquillos están más controlados que nunca, "las directrices están claras, aplicar el sentido común pero no permitir los excesos que había. Tú estás allí y no te inventas las cosas, si dices algo o si protestas airadamente lo hiciste y ya está, tendrás que asumir las consecuencias, lo que no vale es llegar a la sala de prensa y decir yo no lo hice, esto es una dictadura, Franco no murió El trabajo del cuarto árbitro está infravalorado. Se piensan que solo estamos pendientes del banquillo pero el 80% del tiempo estás pendiente del campo, no del área técnica".
Vidal Araújo reconoce que la situación del arbitraje no es sencilla, pero que ha cambiado mucho en los últimos años, "no hay los problemas de antes, cuando yo empecé había muchas agresiones y ahora, aunque hay algunas, que es una pena, casi ya no se dan. En la delegación de Pontevedra por ejemplo se está trabajando muy bien, hay 17 chicos que acaban de entrar y somos 160 arbitros. Es bastante, supongo que la crisis también ayuda a que la gente quiera meterse en esto".