No aprovecha el Pontevedra el pinchazo de sus rivales al empatar con el Coruxo (1-1)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
El play-off debe esperar. El Pontevedra dejó escapar una nueva ocasión de oro para casi sentenciar su presencia en la fase de ascenso, al no ser capaz de pasar del empate frente al Coruxo, en un partido que debió sentenciar antes, pero en el que terminó casi pidiendo la hora. Los granates mantienen cinco puntos de ventaja sobre Ponferradina y Valladolid B, ahora a falta de sólo tres jornadas.
No se puede decir que el empate sea injusto. Si los locales pudieron haber sentenciado en una primera parte en la que fueron claramente superiores, e incluso debieron ampliar el resultado tras ponerse por delante en el marcador, lo cierto es que el Coruxo fue mejor en la segunda.
Por si fuera poco, los granates acabaron jugando los últimos minutos con uno menos, al resultar lesionado Mario Barco, con una nueva y peligrosa lesión muscular de cuyo alcance puede depender su concurso en las jornadas finales.
Rafa Sáez demostró conocer bien al Pontevedra hasta en el más mínimo detalle. Lo dejó claro al ganar el sorteo inicial y elegir que los granates atacasen primero hacia el fondo norte, donde habitualmente les gusta terminar los partidos. Aparte de eso, su planteamiento de salida fue reservón, con un 4-1-4-1 que dejaba a Camochu demasiado aislado en punta, entregando balón y terreno al contrario y fiando sus opciones a que los locales no acertasen a tranformar sus ocasiones de gol.
Le salió bien, al menos hasta el descanso, pero más que por fiabilidad defensiva, por la falta de puntería de un Pontevedra que dispuso de hasta cinco opciones claras de marcar, sin acertar en el remate, o bien encontrando la adecuada respuesta de Alberto.
Conscientes de que un triunfo podía dejar allanado su camino al play-off, especialmente tras los empates matutinos de Valladolid B y Ponferradina, el Pontevedra se aplicó a la tarea de sitio sobre el área verde. Luisito repitió sistema con respecto al partido que ambos equipos disputaron en campo vigués, con una línea de cuatro atrás, tres hombres en la medular, dejando a Añón como enganche, con Eneko y Mario Barco en la punta.
Dominó el tiempo de juego. Creó ocasiones, pese a que Eneko no estuvo afortunado en prácticamente ninguna de las acciones que intentó. Apenas sufrió atrás, donde Edu casi ni intervino ya que las llegadas del Coruxo fueron escasas, casi siempre como consecuencia de pérdidas de balón locales en la medular, sin peligro, salvo en un lanzamiento de falta desde la frontal que Pibe mandó fuera, en lo que fue su único aviso.
Los granates tuvieron la primera en las botas de David Añón, tras dejada de Barco, que detuvo Alberto. Luego sería el turno de Jacobo Trigo, en un remate de cabeza al que respondió fenomenalmente el meta visitante. Un posterior lanzamiento de Abel, que salió por encima del larguero, y especialmente dos en la recta final del primer tiempo, la primera de Mario Barco, tras recibir un pase filtrado de Mouriño, que le dejó sólo ante Alberto, pero que cruzó en exceso, mandando el balón rozando el poste, y la segunda en un centro del propio Barco, que buscaba a Eneko, a puerta vacía, pero al que éste no llegó por muy poco.
La segunda parte cambió el decorado. El Coruxo adelantó su línea defensiva varios metros y el Pontevedra perdió el control del partido, con un centro del campo incapaz de hacerse con el balón y combinar con los puntas. Fruto de ello el Coruxo tuvo sus primeras y peligrosas llegadas. Comenzó con un centro de Pibe que Miguel al intentar despejar casi mete en propia portería, luego una pérdida de balón de Mouriño que terminó con un remate franco de Mateo Míguez, al que respondió muy seguro Edu.
Pero esta acción, que pudo suponer el adelantamiento del Coruxo, despertó a los granates, que acto seguido casi marcan, en un remate de Mateu a centro de Bonilla. Lo evitó Alberto. Sería poco antes de que el Pontevedra encontrase en la estrategia la solución a su falta de puntería. Fue en un corner botado por Mouriño que remató de cabeza Abel, picando el balón.
Lejos de asentar su juego, el Pontevedra dio un paso atrás, o quizás fuese el Coruxo quien lo dio decididamente adelante. Pero, curiosidades del fútbol, después de una oportunidad visitante que Camochu mandó fuera, llegaría un rosario de ocasiones perdidas de los locales, que hubiesen decidido el resultado.
Barco, a pase de Álex González, la mandó fuera. Una dejada de Barco quedó franca para Mateu, que a dos metros de Alberto estrelló su remate en el pecho del portero vigués. Y de nuevo Mateu, en un servicio de Álex González, la mandó arriba, cuando estaba solo.
Había perdonado el Pontevedra y, como tantas veces pasa en el fútbol, el Coruxo se lo hizo pagar. Los granates no fueron capaces de cerrar el partido y los de Rafa Sáez empataron en una acción de Camochu, que dejó el balón muerto en el área para que André, de volea, batiese a Edu.
A falta de dos minutos todavía pudo salvar el partido el Pontevedra. Fue una jugada que salió cara, pues costó la lesión de Mario Barco al intentar y conseguir centrar un balón que Álex González remató, rechazando con muchos apuros el meta primero y luego la zaga viguesa.
PONTEVEDRA CF (1): Edu; Miguel, Jacobo Trigo, Bruno, Bonilla; Kevin Presa, Abel, Mouriño (Álex Fernández, minuto 81); David Añón (Mateu, minuto 63); Eneko (Álex González, minuto 50) y Mateu.
CORUXO FC (1): Alberto; Yosu, Campillo, Alberto García, Villarejo; Antón de Vicente; Fernando, Mateo (Rubén, minuto 93), Iosu (Pedro, minuto 74), Pibe (André, minuto 71); y Camochu.
Árbitro: Albert Ávalos Martos (Cataluña), auxiliado en las bandas por Óscar Gómez Masegosa y Paula Lindez Ciurana. Amonestó a Miguel y Álex González, por el Pontevedra, y a Pibe, por el Coruxo.
Goles: (1-0) Minuto 69: Abel. (1-1) Minuto 82: André.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 5.000 espectadores.
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