Calma en la Segunda B para el próximo curso
Por Redacción
La llegada de Luis Rubiales a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol ha aliviado en parte el agobio de los equipos de la Segunda B y Tercera División ante una reestructuración, que parecía inminente y que provocaría en la práctica el descenso de 60 de los 80 equipos de la categoría de bronce.
Rubiales ha expresado su desacuerdo con la propuesta aprobada por el reciente Congreso del Fútbol Aficionado, que de ser aprobada en la próxima Asamblea de la RFEF entraría en vigor en la temporada 2019/2020, convirtiendo el próximo año en decisivo para la configuración de las futuras categorías.
La voluntad del presidente federativo de escuchar a todas las partes implicadas en el proceso y buscar otra fórmula para potenciar estas categorías, que en todo caso entraría en vigor ahora en el curso 20/21, resta cierta urgencia a los equipos este verano, toda vez que ahora parece poco probable que la propuesta impulsada por Marcelino Maté salga adelante en la Asamblea, tal y como hubiera pasado si las elecciones a la RFEF las hubiese ganado Larrea.
Tanto es así que una de las primeras medidas de Rubiales en el organismo federativo es sustituir al propio Marcelino Maté como presidente de la Comisión de Segunda B, proponiendo para su puesto a José Ángel Peláez, actualmente presidente de la Federación Cántabra.
De esta forma, salvo sorpresa mayúscula, la Segunda División B tendrá la próxima temporada el formato habitual de los últimos años con cuatro grupos de 20 equipos. Falta saber el reparto geográfico de los mismos, que como cada verano generará controversia en alguna de las regiones implicadas.