Yui Susaki, un ciclón deportivo que ha inscrito a Pontevedra en los libros de historia de la lucha mundial
Por Diego Espiño
Pontevedra quedará para siempre en los libros de historia de la lucha olímpica gracias a Yui Susaki, que este jueves ganó la medalla de oro en el Mundial Sub-23 en su peso, los 50 kilos.
Podría ser un título más, pero no lo es para una de las luchadoras más completas de la historia, y eso pese a su juventud, porque la japonesa se ha convertido en la Boa Vila en la primera de su deporte que consigue el 'Grand Slam', o lo que es lo mismo, ganar todos los títulos mundiales en categorías de edad, el absoluto y también el oro olímpico.
"Quería dejar mi nombre en la historia de la lucha libre", señaló Susaki a la Federación Internacional de Lucha (United World Wrestling) tras arrasar en Pontevedra. No es algo nuevo, ya que acumula tres años sin que ninguna oponente consiga sumar puntos en su contra en un combate oficial. Casi nada. Por medio se proclamó campeona olímpica en Tokyo y sumó en Belgrado su tercer título mundial absoluto, esta misma temporada, y que se une a los conseguidos en 2017 y 2018. Todo cuando cuenta sólo con 23 años recién cumplidos.
Un dato refleja su superioridad aplastante en el Mundial Sub-23 de Pontevedra, y es que la estrella nipona sólo ha permanecido sobre el tapiz 4 minutos y 47 segundos sumando todos sus combates. En la final de hecho venció a su oponente, la india Ankush Panghal en 1 minutos y 52 segundos.
"Estoy tan feliz de haber podido lograrlo. Quería ganar el título sub-23 y convertirme en la primera en lograr el Grand Slam", reconoce Susaki consciente de que era su última oportunidad de conseguirlo. "Hubo dos de mis predecesores que ganaron cuatro títulos" explicó alabando a dos deportistas de su país que se quedaron a sólo un paso de conseguirlo, Haruna Okuno y Masako Furiuchi, "pero nadie en el mundo de la lucha libre había agregado el quinto título de los Juegos Olímpicos. Quería hacer historia", reveló.
Una luchadora sin ningún tipo de piedad sobre el tapiz pero que desulmbra fuera de él también por su amabilidad y su sonrisa. La estrella absoluta y sin discusión de los mundiales de lucha de Pontevedra.