Pepe Solla pone fin a una temporada "gratificante y muy triste a la vez" en el Comedor de San Francisco

Pontevedra
05 de junio 2020

El chef estrella Michelín preparó los menús del comedor social pontevedrés durante los meses de confinamiento tres días a la semana

Último servicio del chef Pepe Solla en el Comedor de San Francisco
Último servicio del chef Pepe Solla en el Comedor de San Francisco / Mónica Patxot

El chef pontevedrés estrella Michelin, Pepe Solla, sirvió este viernes su último menú en el Comedor de San Francisco. El cocinero dedicó el cese de actividad de sus restaurantes para ponerse a servicio del comedor social pontevedrés, en el que estuvo cocinando cerca de tres meses durante tres días a la semana para más de 150 comensales al día.

"Hai que dicir que é moi gratificante e moi triste á vez. Son sensacións opostas. Era triste ver como iba incrementándose a xente, xente normal. A calquera de nós pódenos pasar que non teñamos para comer, por iso ter un teito e comida é fundamental", reflexiona Solla. "A parte bonita é que é gratificante poder axudar e foi algo dinámico nestes tempos que estabas confinado", añade.

Durante esta temporada, el chef y el grupo de cocina del Comedor de San Francisco formaron un equipo muy compenetrado. "La gente de la jet-set, como digo yo, es muy estirada", recuerda la cocinera titular de la instalación, Carmen Canosa, el recelo con el que recibió la noticia de la colaboración del popular chef. "Pero es una persona encantadora, sencilla, da gusto hablar con él, no es más que nadie. Él trabaja y te ayuda como el que más, se aconsejaba, te dejaba hablar, una maravilla. Yo quedé encantada con él. Fue una experiencia muy buena", reconoce la cocinera, quien anima a "ir a cenar a su restaurante" para recompensar su trabajo durante el confinamiento.

A pesar de tratarse del último servicio del chef de Casa Solla, decidió no preparar nada fuera de lo habitual. "Sempre procurábamos que houbera peixe, carne, verduras, hidratos... Tratabamos de equilibrar o máximo posible. Hoxe tocou unha ensalada de pasta con ovos e tamén croissant e roscas", detalla Solla.

El Padre Gonzalo, que dirige el Comedor de San Francisco, quiso agradecer también el trabajo de Pepe Solla. "Nos ayudó mucho, fue una experiencia bonita y la gente que viene aquí a recoger la comida seguro que lo habrá agradecido mucho también", señaló el cura, dando las gracias también al Concello por las facilidades y a Protección Civil por su colaboración en el reparto de comida a domicilio.

La institución, que la próxima semana celebra su 32 aniversario, seguirá prestando servicio a los más necesitados. "Esta etapa ha sido distinta. No más dura en cuanto a trabajo, pero estábamos acostumbrados a darles de comer dentro. Se daban dos platos, postre y café con leche, que era algo que agradecían mucho. Ahora solo uno. Llegamos a hacer tres turnos y se reunían cerca de 150 comensales de media", contrasta el Padre el cambio de rutinas provocado por la pandemia.

La crisis económica incrementó también el número de usuarios. "Estos meses vino gente que no había venido nunca, sobre todo familias que vienen a coger comida para cuatro o cinco", subraya el coordinador, quien alerta de que pronto necesitarán nuevos voluntarios porque "hasta ahora teníamos voluntarios que venían todos los días, pero son gente mayor y tienen miedo a una contaminación del virus".

En la despedida de Pepe Solla participó también la concelleira responsable del departamento de Benestar Social, Paloma Castro, que aprovechó la ocasión para agradecer el trabajo del cocinero. "Despedímonos de Pepe Solla que estivo tres meses botando unha gran man, colaborando co seu traballo e co seu producto nestes momentos dificiles onde todos temos que arrimar o hombreiro", remató la socialista.