El modelo de ciudad está llegando al rural
Por Redacción
De los más de 83.000 habitantes que tiene Pontevedra, alrededor del 25% de la población reside en la zona rural; área municipal que conforman 15 parroquias. Como no podía ser de otra forma, el Concello de Pontevedra también tiene en cuenta en el diseño y aplicación de su modelo de ciudad en el rural del municipio.
Con esa intención se han elaborado planes específicos para las parroquias del rural. Planes, que tras un estudio de situación y consensuados con los Consellos Parroquiales, organismos que reunen a todos los colectivos de cada zona, realizan propuestas de diversa índole: puesta en valor de su patrimonio cultural -tanto material como inmaterial-; mejoras ambientales, de infraestructuras, de servicios, de dotación y equipamientos, así como de movilidad y seguridad viaria.
En lo que refiere a este último apartado, el denominador común en los núcleos de población rurales del municipio es la obligada convivencia entre el tránsito peatonal y el tráfico rodado. Para ello, se ha trazado un ambicioso plan para trasladar los estándares de calidad urbana al rural -en materia de movilidad, accesibilidad y seguridad vial- que se ha comenzado a ejecutar ya en algunas de estas parroquias.
A ello contribuirá la creación de núcleos de centralidad parroquial, aquellos lugares que aglutinen la mayor parte de la vida colectiva de sus habitantes. También se proyecta fomentar el transporte en bicicletas y así se trabaja, a medio o largo plazo, en la ejecución de ciclovías por todos los núcleos rurales.
En el plano medioambiental, se continúa trabajando en el saneamiento integral. El medio forestal también es objeto de iniciativas desde la puesta en marcha del programa Monte Vivo. De igual manera, esa riqueza natural se ha potenciado como emplazamiento de ocio y disfrute de los ciudadanos, a través de la mejora y recuperación de sendas y rutas.
Se han construido o reformado centros socioculturales, para fomentar la convivencia vecinal. Son diversos los programas emprendidos y acciones acometidas para la recuperación del patrimonio cultural. Ejemplos visibles son la recuperación y protección de puentes, molinos, fuentes, pazos o lavaderos y de la toponimia autóctona, en el caso del patrimonio inmaterial.