Río 2016 y las esperanzas rotas de Gómez Noya
Por Diego Espiño
El año 2016 estuvo marcado en lo deportivo por una cita, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que supusieron un impulso y un objetivo cumplido para algunos deportistas y una decepción para otros.
En este aspecto, la imagen que ha quedado grabada en la mente de todos no es de una medalla, sino de la fatalidad que apartó a Javi Gómez Noya de unos Juegos en los que era claro aspirante al oro.
Una inoportuna caída de bicicleta, cuando entrenaba en Lugo, le produjo al pentacampeón mundial una rotura con desplazamiento del radio de su brazo izquierdo a menos de un mes de la cita olímpica y enterró meses de trabajo enfocados a ese objetivo.
"Puede que sea el momento más duro de mi vida deportiva", reconoció entonces Gómez Noya, que recibió una avalancha de mensajes de apoyo de todo el mundo del deporte.
Como contrapunto, 2016 también será recordado para él y para el triatlón nacional como el año en el que recibió uno de los máximos galardones posibles, el Premio Princesa de Asturias.
TÁMARA ECHEGOYEN, A UN PASO DE LA MEDALLA
La gran protagonista pontevedresa en Río de Janeiro fue Támara Echegoyen, que buscaba su segunda medalla olímpica y a punto estuvo de conseguirla en la clase 49er FX de vela.
Echegoyen y su compañera Berta Betanzos llegaron como líderes a la definitiva Medal Race, con cuatro embarcaciones en sólo un punto de distancia, pero en el día señalado la moneda salió cruz. No fue su día y tuvieron que conformarse con un diploma olímpico y la cuarta posición, aunque con la satisfacción de haber hecho "todo lo que pudimos", señaló tras la competición.
También volvió de Brasil con diplona olímpico la canguesa Teresa Portela en piragüismo, al ser sexta en el K-1 200 metros en la que era su quinta participación en unos Juegos.
Por su parte el resto de la representación pontevedresa estuvo lejos de los puestos de privilegio, aunque para algunos como el atleta marinense Jean Marie Okutu, que se clasificó el último día de plazo con un marca de 8,17 metros en salto de longitud, llegar a la Olimpiada era ya todo un premio. Por eso no importó que no lograra pasar a la final, como tampoco lo hizo el hispano-cubano Frank Casañas en el lanzamiento de disco o el regatista Fernando Echávarri en el Nacra 17 de vela.
Tampoco tuvo fortuna, aunque sus expectativas eran elevadas, Juan Antonio Saavedra en los Juegos Paralímpicos. Aspiraba a repetir medalla, como el Londres, 2012, pero estuvo lejos de sus mejores registros en el tiro olímpico y no logró clasificarse para la final en las dos categorías en las que competía.
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