¿Cuántos colores posee un arco iris?

27 de decembro 2024

Durante este año he aprendido que es más peligroso decir la verdad que fumar y que un minuto estando en silencio Michael Jackson en el escenario vale más que toda la barriobajera carrera musical de Bad Bunny

Durante este año he aprendido que es más peligroso decir la verdad que fumar y que un minuto estando en silencio Michael Jackson en el escenario vale más que toda la barriobajera carrera musical de Bad Bunny.

Actualmente, cuando el año 2024 está más muerto que vivo, analizo el último de mis versos, escrito desde lo más íntimo, y decido arrojarlo con cierta ferocidad a la basura. Uno no siempre puede mostrar lo que quiere y menos mostrarlo públicamente, es por ello que tengo en los cajones de mi habitación más de doscientas páginas que sólo verán la luz el día que yo ya no esté en este mundo, o no.

Siempre he creído que cuando acaba una etapa es mejor aparcar los escritos propios y leer o releer a los escritos ajenos: Bukowski siempre nos ha obsequiado con factos usando la mentira y Neruda era un tipo cruel que escribía cosas dulces, acaso, holgadamente edulcoradas. Los versos de Benedetti sirven para ir al cine de la mano de un nuevo amor y las malas costumbres de Charles Baudelaire nos enseñan que, en esta vida, tarde o temprano todo se paga.

Jack Keroauc aseveraba en su mítica novela "On the Road": "Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un "¡Ahhh!’"… Y yo les aseguro que nunca en mi vida he estado tan de acuerdo con Keroauc: al final la autenticidad es lo que le da sentido a todo lo vivido, sin más ni más.

Ahora que son las 5.00 am, mato mi insomnio releyendo "El arco iris de más de ocho colores", de Alberto Martín Méndez. Al Alberto poeta lo conocí gracias a otro poeta -cuando pasas por el mundo de las letras lo raro es encontrarse en una tertulia literaria con un carnicero o con un electricista, algo que, a nivel personal, más de una vez hubiera agradecido-.

Sin embargo, los versos de Alberto se nos presentan con una resonancia existencial desbordante, con una calidad literaria que pocas veces uno se puede encontrar en estos días de sal y limón. No es de extrañar que en el año 1988 obtuviese un accésit en el prestigio premio de poesía Adonais, con su obra "Biografía de un traficante de no sé" (yo en 1988 era un niño gordo, con gafas y de tez lechosa, por lo que, mientras esquivaba los golpes de los demás niños en el recreo no tuve ocasión de leer la noticia de tan prestigioso fallo otorgado a este hijo natal de A Boa Vila).

Releo, como digo, los versos de Alberto: "han pasado muchos años en estos últimos meses/y tu abanico sigue estando ahí/esparciendo aire limpio/y cantos de pequeños ruiseñores… Nos expresa el bueno de Martín Méndez cual rapsoda que ha recobrado sus ansias de mostrarle al mundo sus sentires más profundos y su manera lícita de ver la vida y la muerte -esta última relegada a los arrabaldes de la conciencia, acaso por el miedo que produce en esta sociedad de consumismo voraz e inhumano-.

Y, justo ahora que el sol ha resuelto asomar la patita tras una larga noche más de insomnio, agradezco que haya personas como Alberto: poetas que, gracias a la destreza que nos proporciona su talento y sus reflexiones puramente transcendentales, nos permiten hacernos dudar hasta de cuántos colores posee el arco iris.

Alberto Martín Méndez, doutor en Matemáticas e poeta
Alberto Martín Méndez, doutor en Matemáticas e poetaPontevedraViva