Vicente G. Rivas
El futuro de Aguirre: alcaldesa o lideresa de otro partido
Esperanza Aguirre forma ya parte de la historia política española. Durante su extensa carrera pública ha pasado de romper barreras en sus primeros años, a eliminar de manera despiadada a sus enemigos, esto último cuando la experiencia y la fuerza del mando en plaza la han dotado del arrojo suficiente como para discutir el poder a quien fuera.
Este proceder siempre le ha funcionado. En sus tiempos de simpática concejala del Ayuntamiento de Madrid o campechana ministra musa de algún programa de televisión y en los años de mayorías regionales absolutas rompiendo récords. Arrasar en las elecciones le hizo ir más allá en sus preferencias mediáticas. Ser la estrella recurrente de un espacio televisivo de 'medio pel' no era suficiente. Lo ideal sería tener 'su' televisión: Telemadrid.
A Aguirre no le interesa la Comunidad. Su salida de la política activa fue toda una sorpresa para el común de los mortales. Con emoción se despidió de su gente. Era un hasta luego, algo así como 'un recobrar fuerzas'. Nadie, desde su fichaje por una empresa catalana de caza talentos, se ha tomado en serio su abandono, ni mucho menos definitivo. Por si existían dudas, ella misma cada cierto tiempo recuerda, sobre todo con hechos: "Ojo, majetes que yo sigo por aquí".
Ahora vuelve a estar de actualidad. Es lo que tiene preparar unas elecciones en medio de una guerra interna. Es fundamental situarse bien en la foto. Desde que consiguió su propia televisión (...y periódicos en papel o digitales a través de subvenciones, ampliaciones de capital y reparto de licencias de TDT), la ex presidenta madrileña se ha acostumbrado a copar 'sus' informativos, controlados por una particular guardia de corps compuesta por políticos (incluso antes socialistas), empresarios, economistas afines al neoliberalismo actual (en cuya promoción ha participado activamente) y periodistas. Entre estos últimos se encuentra alguno de sus pupilos que, tras las prácticas bien remuneradas en 'su' tv, han ascendido a cuotas mediáticas más importantes. ¿Cuándo se cobrará Aguirre el precio de aquella 'beca'? Esa es otra historia.
Ahora mismo, las especulaciones sobre lo que hará o no la lideresa son muchas. No improvisará, como no lo ha hecho ni siquiera cuando unos calcetines seguían en su sitio tras una salida precipitada de India y muchas horas de vuelo. El tema mediático lo tiene perfectamente controlado, al igual que al partido en la capital. Es, precisamente ahí, en el Palacio de Correos, donde algunos la sitúan. No me lo creo. La actual inquilina por una especie de designación divina, se ha convertido en la primera alcaldesa de la capital. Y es bien conocido cómo le gusta a Aguirre ser la primera en todo, y en el Consistorio madrileño se le han adelantado.
Por eso sus aspiraciones pasan por otras cotas que el tiempo irá desvelando pero que, sin lugar a dudas, son más altas. Lo complicado es dimitir, dejar el PP y justificarlo ante los miles de acólitos que le siguen en toda España. En su todavía partido tiene más enemigos que amigos, pero no en otras formaciones recién estrenadas (no olvidemos que también ha patrocinado desde las instituciones públicas que ha dirigido a algunos 'jóvenes' políticos).
Sin embargo, para que algo así pudiera hacerse realidad tendrían que darse una serie de circunstancias impensables... por ejemplo que le pusieran una multa por aparcar indebidamente, diera muestras de su soberbia en público, tratase de zafarse de la policía, acabase 'fugándose' golpeando un vehículo policial y no hiciera caso a los requerimientos de la autoridad. Lo que para otros sería un problema, ella lo convertiría en virtud y le daría para volver a ocupar las primeras páginas, los boletines radiofónicos y los informativos televisivos (incluso de la cadena que antes fue 'suya') con la típica versión populista de pobre abuelilla.
Es pura fantasía, algo así como que Ángel Carromero escribiera un libro. Al fin y al cabo, lo descrito no deja de ser un ejercicio de análisis periodístico ilusorio sobre política ficción, es decir, una especie de Operación Palace pero de bajo coste.
Por lo tanto, para saber qué sucederá, habrá que estar pendientes de otras cuestiones que puedan dar pie a la reaparición de Esperanza Aguirre, la lideresa.