Noel Queipo
'Los amantes pasajeros' vs. 'los detractores eternos'
Ver una película de Almodóvar para mí siempre ha sido un reto. Dándole la vuelta a la típica excusa para romper relaciones diré que: "No soy yo, es él". Y a pesar de que España está dividida en dos por sus amantes absolutos y sus detractores acérrimos; yo, como buena gallega, diría que ni arre ni so, si no que "depende". Y es que don Pedro es un hombre poco constante en su cine, tiene tanto películas geniales como películas "fatales".
En el caso que nos concierne hoy, Los amantes pasajeros, la catalogaría rápidamente en la sección de "fatales" y la razón principal para ello es su guión (o la casi carencia de éste). Como decía Ernest Lehman, "todo empieza y todo acaba con un guion", pero parece que en esta película el guión es el gran olvidado. Estamos ante un collage de mini-historias y sinsentidos pegados con "superglu" y sin ton ni son.
Un aspecto que tiene la película (y en general el cine de este director) es que son historias de personajes más que de acciones (algo interesante y que puede resultar genial). El peso cae en los protagonistas, en su forma de ser, su carácter, y sus relaciones entre ellos mucho más que en la propia historia en sí, pero hay que tener cuidado porque, a veces, esto no se sostiene (como es el caso). Siempre es importante que haya un hilo conductor detrás de todo, que dé forma al pastel y sobre todo ¡Sentidiño! Un "porqué" creíble, que se justifique y que no trate de tonto al espectador evitando las casualidades casuales, las excusas baratas y el famoso "Deus ex machina" Y es que aunque la comedia es más libre en este aspecto y se permite más licencias, "Almodóvar ex Deus" y se pasa de frenada en este film. Pretende hacer una historia coral de personajes varios, pintorescos y variopintos; pero parece que no sabe cómo ni porqué meterlos a todos juntos en un avión. Igualmente los mete y cuando se da cuenta de que le molesta la clase turista (a lo mejor unas 80 personas) va y lo soluciona sedando al personal...
No puedo negar algo obvio, y es que la película tiene a varios grandes del cine español. Metidos en este pastel hay actorazos como la copa de un pino y por lo tanto las actuaciones no desmerecen (exceptuando, por supuesto, al hermanísimo Agustín). Tampoco sé hasta qué punto tiene mérito el tirar de listín telefónico: conseguir actuaciones exquisitas porque el trabajo del personaje es muy profundo pero descuidando otros aspectos de igual o mayor importancia como lo es el propio guión... Supongo que con semejante trayectoria es uno de los pocos directores españoles que se puede permitir el lujo de hacer, de vez en cuando, una película para pasar el rato con los colegas, así, de risas.
Como contrapunto a todo lo anterior, diré que la película a nivel técnico está muy bien hecha (como siempre): con una realización y fotografía muy correctas, que, además, representan el estilo tan claro y personal de su autor.
Para acabar, debo decir que la película tiene alguna dosis de humor, pequeños toques graciosos, diálogos hilarantes y entre secuencias que sobran también hay alguna muy divertida como lo es número musical de Cámara, Arévalo y Areces. Aunque también tengo que decir que, para no variar, el numerito no pega ni con cola con el total del film; y se sirven de una excusa mala cogida con pinzas para ponerse a cantar y bailar a ritmo de las Scissor Sisters; una paranoia mental más incrustada en este conglomerado.
Sin embargo, y aunque hoy ponga a parir esta película, no pertenezco ni mucho menos a esa "media España" que se posiciona contra el cine de este maestro manchego que ha conseguido siempre dejar un sello tan personal en sus historias buscando la libertad absoluta para crear un estilo propio y tan diferente.