Beatriz Suárez-Vence Castro
Impopulares
Es un error gobernar en contra de la opinión del pueblo. Cierto es que a veces no queda más remedio que tomar decisiones impopulares pero no deben serlo la mayoría. Aspectos tan importantes como Sanidad, Vivienda y Educación deben preservarse y ser amparados por una justicia sólida. Cuando la corrupción alcanza la justicia tiene el el mismo efecto sobre el sistema que las termitas sobre la madera.
Otro error común y grave en el que incurren quienes gobiernan es subestimar al pueblo. Pensar que no alcanza a comprender determinadas cuestiones porque no están a su alcance. El poder causa en los poderosos síntomas parecidos a los que padecen los escaladores con "el mal de altura". La hipoxia (falta de oxígeno en sangre) provoca embotamiento cerebral.
Lógico es que el que sube un poco su posición, obtiene una mayor perspectiva de las cosas pero si sube demasiado acaba por perderlas de vista. Si además no haces caso de las señales que te indican que te has pasado de metros, el batacazo si pierdes pie puede ser de órdago. No hace falta tener un máster para entender esto. Ni ser Consejero de Sanidad. Lo ve cualquiera menos el que está arriba.
Nuestro Gobierno tenía más señales de que las cosas no iban bien que un estudiante de autoescuela. Pero nada: "Burro grande, ande o no ande". Al decidir repatriar al misionero enfermo debería haberse previsto lo que podía pasar. Pero se improvisó. Sobre un sistema de sanidad que si es cierto que es mejor que el de muchos otros países, empezando por Estados Unidos, había sido ya mermado por recortes sucesivos y el personal no había recibido la formación adecuada para afrontar algo de semejante envergadura.
De la misma forma que puede entenderse que hubiese un error humano por parte de la auxiliar afectada, pueden comprenderse también que en un Gobierno, formado por humanos al fin y al cabo, se cometan también errores. Pero lo que no puede admitirse de ninguna manera es la falta de respeto, la prepotencia y la soberbia que el Consejero de Sanidad ha demostrado hacia alguien enfermo. Siendo además médico de profesión, tiene su arranque una crueldad impropia, hiriente, del todo innecesaria. Admitamos que como él ha dicho "para quitarse un traje no hace falta tener un máster". Bien. Para enhebrar una aguja tampoco, pero tienen que enseñarte a hacerlo.
En cuanto a lo del sacrificio del perro, independientemente de que pueda parecer un mal menor a quien no entienda lo que una mascota significa para su dueño, ha sido pasarse una vez más por el forro lo que opina la gente. Ignorar las peticiones. Actuar deprisa y sin explicaciones.
Cuando Don Juan Carlos, siendo todavía rey, supo lo enfadada que estaba la gente por lo de la cacería de Botswana y lo que había supuesto no estar donde debería, pidió perdón. Nobleza obliga. Un Gobierno obliga todavía más.
Gallardón presentó su dimisión al no ver su proyecto respaldado por parte de su propio partido ni por un sector importante de la población. En mi opinión el actual gobierno, de no rectificar su política, especialmente en materia de Economía se dirige hacia el suicidio político porque perjudica no sólo a la población en general, sino también a aquel sector de la misma que, en su momento, les votó confiando en un cambio que no era esto. No era esto.
Suicidio político porque además ha abierto una brecha importante en las filas del Partido Popular. No todos aprueban las decisiones que se han tomado y la imagen del partido se está asociando a un tipo de política con el que muchos votantes, afiliados e incluso dirigentes no están de acuerdo. El partido deriva de popular a impopular. Gobernar con mayoría absoluta de votos es un privilegio enorme que conlleva el deber de respetar la voluntad de, como mínimo, esa mayoría de votantes. Gobernar por mayoría no es gobernar solo.
No deben subestimarse nunca los conocimientos de un pueblo. Ni siquiera la fuerza que un simple animal puede tener. El aleteo de una mariposa puede desencadenar una tormenta tropical. Los elefantes pueden hacer caer coronas con la trompa y un perrillo puede llevarse, agarrada por el asa con la boca, cualquier cartera o maletín.