Milagros Bará
El vino, de lo rancio a lo moderno
Ese pedazo uva que cuelga de un racimo de una parra en medio del campo, del campo gallego. Ahora con una uva puedes invertir en bolsa, hacerte un plan de pensiones, dar la entrada para comprarte una casa o el coche de tus sueños... hoy por hoy "una uva" lo es todo. Atrás queda que te toque la bonoloto o la primitiva, porque lo que realmente vale es que tener una uva. Cualquier premio que se precie entrega una uva como botín. Por ser finalista en un concurso de microrrelatos te regalan una uva.
El otro día fui al banco para pedir un crédito y enseñé una uva como aval, se formó un tremendo revuelo, porque tener una uva imprime carácter. Tal vez por ello, tomarte "una copita" del peor ribeiro del mundo, en un bar supercutre de Pontevedra, te cuesta lo que al bar la botella entera.
Y digo yo, si el peor vino del mundo cuesta 2,50 euros ¿te quedas a lavar platos si le pides el mejor? Pero no tienen mejor, los dos vinos son igual de malos. Que nos quieran sacar hasta los botones de la camisa con los postres ya no tenía un pase, pero ahora suma y sigue si te tomas un vino. Los bares y restaurantes ya no viven de las comidas: viven de la fruta y el vino.
En la actualidad existen unas 108 bodegas del Ribeiro en Galicia, y como el 94% es de uva blanca con el tiempo me aficioné a los blancos, y unas 142 de Albariño. Si cada bodega tiene más de una marca de vino si echamos cuentas, podemos hablar de unas 400 botellas diferentes por lo bajo, así que hay para elegir.
A mí no me importa pagarlo, porque seguro que a los camareros cobran 1.500 euros al mes por lo bajo. Y tampoco me importaría pagar 6 euros (1.000 pesetas) por una copa de vino bueno, siguiendo con la proporción anterior. Y puedo pagarlo porque me han concedido un crédito con "la uva esa" que llevé al banco como aval. Porque en Galicia no hay vino, lo traen en contenedores desde Japón y eso encarece mucho la copa. Es como comprar una colonia, o te la compras de Álvarez Gómez o pagas lo que pagas con razón.
Hasta aquí la parte rancia del asunto porque ahora pasamos a lo moderno. La verdad es que hay poca diferencia porque de 2,5 pasas a pagar 3 euros (500 pesetas) por copa. Nada, que te tomas dos y pagas mil de las antiguas pesetas como quién no quiere la cosa. Porque el nivel de vida y los sueldos de Pontevedra dan para eso y para mucho más.
Y no me extraña que los precios estén por las nubes si es cierto que los monjes de Cluny llevaron la uva original de albariño al monasterio de Armenteira en el siglo XII, que los de Cluny eran los VIP de la época, o que el mismísimo Cristóbal Colón, según un documento del archivo de Simancas, se llevó Ribeiro América en su primer viaje: así se justifica todo.
Por eso el menú del día en un restaurante cool de Pontevedra te incluye un vino que desmayaría a una rata, que el alto standing también se caracteriza por lo cutre en los detalles. Hace poco le dije al camarero que me sirviera el más barato de 2,5 euros y se me quedó mirando con la "mirada aviesa de un pontevedrés de pro". Seguro que pensó que era pobre, parada y de Pontevedra, como tantos cientos.
Desde luego, con estos precios, la Roma antigua jamás haría una bacanal en Pontevedra, que los romanos eran antiguos pero no tontos. Pues bien, creo que nos saldría a cuenta beber vinos extranjeros o llevarnos la botella de casa. Un botellón pero a base de vinos, que para eso tenemos unos parques y jardines de película. Hacer patria con nuestros vinos nos sale muy caro.
En Fin de año yo, que soy de Pontevedra, no me tomo las uvas, ese día tiro la casa por la ventana y me bebo 12 botellas, una con cada campanada, y por supuesto, los primeros sorbitos con los cuartos y de vino del país.