José Antonio Gómez Novoa
Ventana Indiscreta: Noche en familia
La familia se reúne en casa de Alberto y Susana, es Nochevieja. El primero que llega es el cuñado Miguel, que trabaja en Noruega como experto en poda en altura, casado con Berta hermana de Alberto. Se conocieron mientras ella estaba trabajando en el ahumadero y él subido a un olmo a la altura de su mirada. Ellos siempre cuentan que en vez de flechazo a primera vista, fue un hachazo.
Cada año repiten el mismo regalo, 10 kgs., de salmón ahumado, 5 kilos en frío y 5 en caliente. Los dos conocen el secreto de los malos humos que atemperan al inicio de la cena familiar pero van in crescendo hasta el momento álgido después del cuarto plato del menú: canelones de salmón ahumado con pesto.
Media hora más tarde llega la familia política: María del PP, Jorge hermano de Susana del PSOE y el niño de 23 años Arturo es un ideólogo de las mareas del atlántico. Su regalo también siempre es un libro con un cheque regalo de 460 escapadas románticas a elegir.
Aún tienen pendiente 18 noches de hotel con cena y cava de bienvenida. El cajón superior de la mesilla de noche está exclusivamente dedicado a salvaguardar los malditos libritos.
La cena transcurre dentro de la calma tensa (nunca he entendido este término) hasta que aparece el ínclito salmón.
¡Otra vez no!, dice Jorge. Hay que buscar alternativas. Puedo asumir lo de los canelones y el pesto pero el salmón me supera.
María dice que es más partidaria del tripartito: Canelones, Salmón y Pesto.
Arturo se levanta y apela a la regeneración total del menú navideño. Apuesta por la gallina de Mos o en su defecto el “porco celta”.
Miguel y Berta echan humo por las orejas, sienten un terrible hormigueo desde la cabeza a los pies, sus caras adquieren una coloración asalmonada.
Es el momento en el que Susana se levanta e introduce el comodín de la lotería de navidad y la del niño: ¡Otra vez no nos ha tocado!, pero tenemos un número para compartir en Reyes que seguro que nos da suerte, es el del Coro de Alberto.