Milagros Bará
El "Hundir la Flota" de Feijóo
Noventa y cinco días de acampada de los pescadores del cerco delante de la Xunta en Santiago y aquí... no pasa nada. Familias enteras afectadas por la falta de una gestión eficaz por parte de la administración gallega y... aquí no pasa nada. Los de la Xunta están ahí porque los han votado y tienen el deber laboral y moral de buscar soluciones a los problemas de Galicia, que para eso existen las autonomías.
No ha bastado la acampada, los encierros en las cofradías, la nueva acampada de mujeres para que la Xunta de Galicia mueva ficha. Ahora toman el relevo de la protesta las mujeres en @mulleresdocerco, en los muelles, en las ciudades, mientras los marineros vuelven a la mar, después de unos tres millones de euros de pérdidas por no trabajar durante la acampada. Se pide una ley racional en la que no se excluya a nadie y que beneficie a todos. Para eso elegimos a los políticos, pero tal y cómo está el patio no es de extrañar, cuando la mayoría de las veces nos gobiernan hordas de ineptos que en el mercado libre de trabajo no pasarían de la primera entrevista.
Lo cierto es que a los políticos les importa un bledo lo de la pesca, lo del paro, lo de los desahucios y todo lo demás. "Eu vivo do mar" o "por un reparto xusto" son los lemas, "revolucionarios y antisistema", de los pescadores. Menos mal que la Xunta reconoce que hay un problema... pero pasando ampliamente del asunto.
Me comenta el problema Jose Blanco, Presidente de Acerga, que hace 35 años que se compró el primer barco, pequeño como todo el mundo, para empezar y ahora sale a la mar con el Portosín II. Para defender un reparto justo de los de los derechos históricos nació la Acerga (Asociación de Armadores de Cerco de Galicia) que pretende dar protección a los barcos más desprotegidos por esta ley injusta. Representa a 1.200 pescadores (familias precisa Jose). Para que nadie salga perjudicado la Asociación pide que el reparto sea se haga de una manera racional, como han hecho los vascos o por número de tripulantes y no por capturas.
El conflicto del cerco comienza en 2012 y afecta a una flota de 155 barcos cuando entran en vigor los derechos históricos mediante una ley estatal. Cuando se cierra ese cupo en Madrid, los gallegos se dan cuenta que la cantidad que les corresponde es irrisoria y favorece sólo a los que mayor cuota de pesca tienen. El porcentaje no está escalado, va a machete, favoreciendo a los que más pescan, independientemente de otras consideraciones, dejando técnicamente fuera y arruinados a muchos barcos del sector. En Galicia, la Xunta y la Federación, no hicieron números ni defendieron bien el sector del cerco, porque la realidad es que las cuentas no salen, ya que hay barcos a los que les corresponden 300.000 kilos de cupo anuales y a otros nada. Desde entonces los pescadores buscan una solución que no llega. Tal y como está ahora la ley los más beneficiados, por autonomías, son los vascos y los cántabros.
Para que se entienda bien, un barco antes de la ley de 2012 tenía una cuota de pesca de seis mil kilos diarios, después de la ley ha pasado a cincuenta mil para todo el año, que les daría para pescar quince días al año. Los derechos históricos se dan por barco y se basan en la suma de capturas a lo largo de un periodo de tiempo que va desde 2002 al 2012.
No es ninguna tontería porque desde el 2012 se han arruinado familias enteras y se han desguazado barcos por la falta de soluciones... pero eso a quién le importa. Sin cuota no se puede salir a trabajar, que es lo que piden directamente los pescadores del cerco.
Pese a todo esto, y que hay una petición firmada por cuarenta concellos solicitando una reunión con Feijoo para buscar soluciones, Feijoo está muy entretenido "pausando" la nueva ley de Acuicultura, básicamente contaminante, y Rajoy también cuando por decreto prorroga 60 años la concesión de Ence... Hay que ver qué rápido se aprueban unas leyes y cómo pasan de reformar otras. Curioso... Como sigamos así se hunde la flota y toda Galicia.
Fotos: Pilar Fernández