Milagros Bará
La ciudad de los tacones rotos
Son tantos, que los zapateros remendones ya no dan abasto en lo que en Cuba llaman mecaniquear. Lo de antes muerta que sencilla aquí termina camino de Montecelo con una lesión de tobillo. Es una pena porque por fin ha llegado una legión de hombres, hombres, "ben feitiños" y musculosos, dispuestos a palear por el Lérez, que debe ser el río más limpio del mundo. Me dicen que también han llegado féminas que podrían levantar al peso el monumento a los héroes de Ponte Sampaio sin apenas pestañear.
Tenemos las aceras que nos merecemos... socavón tras socavón. Es más, hay gente que ha desaparecido tras pisar una tapa de alcantarilla. Lo que pasa es que no hay planos actualizados del subsuelo y el rescate se presenta complicado. Subsuelo en el que se rodó la famosa escena de la vagoneta de Indiana Jones. Hay quién dice que por la noche se oyen voces pero con suerte, si se encuentran con el curso subterráneo de algún afluente del Gafos, pueden salir directamente a la ría.
El tacón te lo rompes sí, o sí, y sin exceder los famosos treinta kilómetros por hora. Hora que por cierto ya no canta el reloj de la Peregrina y como tampoco tenemos canario la ciudad está de lo más aburrida. Menos mal que en los planes de Michelle Obama no pasan por darse un garbeo por nuestra ciudad... caminando, como Don Manuel en sus mejores tiempos, cual metrónomo. Muy lejanos quedan ya los tacones de Almodóvar.
Hoy una estupenda mujer de Pontevedra, de una familia de gran abolengo y postín, se quejaba amargamente de una nueva modalidad que es la rotura de sandalia veraniega y sin tacón... hay que ver para lo que da tanta peatonalización. Los parados ya no ganan ni para calzado, pero seguro que hay alguna subvención. A tener muy en cuenta el artículo 139 de la Ley 30/1992 de 26 de noviembre del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común en caso de algún percance.
Ya han enviado una foto de los lujosos pavimentos de nuestra ciudad a Dubai por si reconsideran ampliar el premio y nos mandan un cargamento de sus famosas aceras en 3D... o la móviles, que nada tienen que ver con los teléfonos.
Pero aquí aún caminamos al paso de la mamba negra, que la llaman "siete pasos" porque es lo que vives antes de desplomarte para visitar a San Pedro, que a buen seguro es también oriundo de la ciudad del Lérez. En cualquier caso, y en cualquier momento, te puede atropellar uno o varios ciclistas que hacen los circuitos por estas maravillosas aceras y zonas peatonalizadas. También sirve ir más lento con algún familiar de edad avanzada que dará cuenta pormenorizada de ese vivir sin aliento que es pasear por esta ciudad del cuento de las mil y una noches.
Invito a la Corporación gobernante masculina a darse un paseíto, a paso ligero y en fila de a uno, por los baldosines de nuestra ciudad, por supuesto todos con tacones finos o sandalias de tirillas.