José Benito García Iglesias
En el lugar del puente viejo - Pontis Veteri - El origen de nuestro nombre
Tendríamos que remontarnos a la época romana para conocer, con los datos que hoy en día se tienen, que en este lugar, donde hoy se ubica nuestra ciudad, existió una mansión romana de nombre Turoqua, y un puente que vadeaba el río.
Con la crisis que en el siglo III afecta a todo el mundo romano comienza una lenta decadencia que culminará, a finales del siglo IV, con la irrupción por las fronteras del Rhin y del Danubio de los denominados, por los romanos, "pueblos bárbaros".
Tras la caída del Imperio Romano, sin un estado que velase por la paz y la conservación de caminos, se hizo imposible el mantenimiento del puente, el abandono y la ruina se supone que fue total.
La antigua mansión romana fue abandonada y olvidada, hasta el punto que su denominación primitiva se pierde y cuando las fuentes medievales se refieren a este lugar tendrán que acuñar una nueva locución, el lugar donde se encontraba el puente viejo, Pontis Veteri.
Sobre estos siglos oscuros, que van desde la crisis del siglo III hasta el comienzo del renacimiento urbano y comercial en el siglo XII, apenas se tienen noticias documentales y los testimonios arqueológicos son escasos.
En 1163 Pontevedra hace su aparición en la historia, ese año, Fernando II de León dona al monasterio de Poio la mitad de los diezmos de Santa María.
Unos años después, en 1169, este mismo monarca concede un fuero a "…omnes habitatores de Ponte Veteri tam presentes quam futuros…". La documentación existente anterior al fuero no hace jamás referencia alguna a una población o asentamiento urbano aquí existente. Por el contrario, sabemos que el territorio circundante se encontraba poblado de forma desigual por unas pequeñas aldeas y algún desperdigado castillo.
También en esta comarca se instalarán, desde muy antiguo, diversos enclaves monásticos que se remontan al siglo IX: San Salvador de Lérez y San Juan de Poio. Ninguna mención se hace de Pontevedra en los años centrales del siglo XII. En una escritura del monasterio de Lérez datada en 1141, nos transmite esta descripción del curso inferior del Lérez:
"… inde per medium flumem Pontis Veteri, usque cum locum cuo Elva intrat in Lerz…"
Con la información que nos aporta este documento, podemos entender que en el lugar que hoy ocupa nuestra ciudad, en aquellas fechas no existía ningún asentamiento urbano, tan solo se conservaban las ruinas del viejo puente romano, de ahí la denominación de Pontis Veteri (puente viejo), ya que se hacía referencia a un lugar donde se encontraba el puente viejo, sin hacer mención a ningún núcleo poblacional.
Sobre la existencia de un puente romano en el curso final del Lérez, recalcar que a la altura de 1141 este puente ya estaba en desuso a causa de su ruina.
La fundación de Pontevedra, en la segunda mitad del siglo XII, podemos achacarla a la reactivación del comercio y la restauración de los caminos y puentes de Galicia, así como por su situación estratégica, lo que coincidiría prácticamente en el tiempo en el mismo momento en que Fernando II otorgaba el fuero a Pontevedra en 1169.
Puente y fuero surgen al mismo tiempo, pues el nuevo puente medieval, sobre cuyo trazado transcurre el actual puente del Burgo, se construyó mientras aún se conservaban los restos del anterior puente romano. Y el nombre con el que se bautizó el nuevo asentamiento urbano fue el mismo que utilizaban las gentes para denominar esta zona, como hemos podido comprobar, Pontis Veteri (puente viejo), que con el tiempo se fue transformando y que derivó en la actual Pontevedra.