José Benito García Iglesias
La Casa de la Luz
A finales del siglo XIX, Pontevedra se convertiría en la segunda ciudad española en contar con alumbrado eléctrico público, después de Gerona.
El artífice de que se produjese dicho progreso fue el marqués de Riestra, al haber adquirido el 20 de octubre de 1887, al ingeniero de Gijón D. Victoriano Alvargonzález Zarracina, la patente para instalar en Pontevedra el alumbrado eléctrico, “por un sistema especial de montaje de máquinas de vapor y de dinamo”. Así Pontevedra se situaba a la vanguardia del progreso tecnológico en España.
Alvargonzález permaneció en Pontevedra varios meses, dirigiendo el montaje de la instalación con el ilustre catedrático de Física del instituto pontevedrés D. Ernesto Caballero. Tras varias pruebas seguidas puntualmente por la prensa local y la ciudadanía, poco a poco se fueron iluminando calles, plazas, salones de sociedades, el teatro, casas particulares y así llegamos al verano de 1888 con la iluminación de las Fiestas de la Peregrina en agosto, pagada por el comercio pontevedrés, figurando en el programa de fiestas la gran iluminación eléctrica de la Alameda en la noche del día 18, con numerosos arcos voltaicos entre la espesura del arbolado.
Unos cuantos años antes, en 1842, la ciudad había instalado el alumbrado público de aceite. Y en 1856 se iniciaron los trabajos para la iluminación a gas de la ciudad, inaugurándose en 1865, la cual todavía convivió durante un período transicional con el alumbrado eléctrico, hasta ser definitivamente eliminadas las primitivas lámparas.
En este lugar, con anterioridad a la instalación de la Fábrica de la Luz, se encontraban unos terrenos propiedad de los Bermúdez de Castro, de la casa de la Misericordia, de María de Corneda "la Moza", y de D. Diego Domínguez. En el siglo XVI, el regidor Melchor de Tebes montó un matadero y una carnicería, entre las calles de San Román y de San Sebastián, trasladándose a mediados del siglo XIX.
En la fachada del edificio y a modo de dintel sobre la puerta principal del balcón que da a la plaza de la Verdura se mantiene todavía una inscripción, que quizá sea de lo poco que quede del edificio original de finales del siglo XVI y dice así: “REINANDO EN ESPAÑA EL REY CATOLICO FHELIPE NVESTRO SEÑOR A LOS 62 AÑOS DE SU EDAD MANDO FACER ESTA OBRA DEL SEÑOR LICENCIADO D. MELCHOR DE TEVES DE SV CONSEJO OIDOR MAYOR DE SV REAL AUDIENCIA ALCALDE MAYOR DEL REINO DE GALICIA. AÑO 1595”.
Desde la construcción del nuevo edificio de la Hulla Blanca en la calle Sagasta, diversos fueron los usos a la que se destinó la llamada, desde entonces, Casa de la Luz. En los últimos años fue un espacio abierto, para luego albergar las dependencias de la Policía Local. En el 2001 se volvió a dejar como espacio abierto dejando a la vista toda una superficie asoportalada y desde comienzos de 2010 es la sede del Centro de Recepción de Turistas de la ciudad y de la comarca de Pontevedra.
Frente a la fachada de la Casa de la Luz había una fuente de piedra con pilón circular y una falda que servía de peldaño, en el centro cuatro mascarones con sus caños. Años más tarde fue sustituida por una de las cuatro fuentes de hierro fundido, de estilo francés, que había adquirido la ciudad.