Félix Hernáez Casal
Anticuerpos para el "mal de altura"
Hay pocos equipos del fútbol español que hayan "disfrutado" de un matrimonio más longevo con la 2ªB que el Pontevedra CF.
El año de su creación, a finales de los años setenta, esta dichosa categoría ya tuvo el honor de acoger entre sus brazos al equipo granate que venía rebotado de segunda división tras un doloroso descenso.
Desde ese lejano 1977 han transcurrido la friolera de 39 años y de esas casi cuatro décadas el Pontevedra se ha pasado compartiendo su lecho con la 2ªB nada menos que 31 temporadas más esta campaña que pronto llegará a su ecuador.
Durante todos estos años hemos visto cómo se cambiaba el sistema de ascensos pasando por directos, promociones en forma de liguilla, promociones en forma de eliminatorias a doble partido sin repesca para los campeones y el método actual que incluye dicho mecanismo de doble oportunidad para los campeones.
Lo que se quiere decir con lo anterior es que el Pontevedra ha vivido experiencias en esta categoría de todos los colores. Desde la ilusión de los años siguientes al ascenso en Eibar en el 84, hasta la monotonía rutinaria de finales de esa década y comienzos de los noventa aderezada con múltiples problemas económicos. La sorprendente campaña 94/95 en el que casi estuvimos a punto de abandonar esta "cama", otro periodo largo de desilusión y desapego con el cambio de siglo con más problemas dinerarios…
Hasta que con la primera década del siglo XXI, aprovechando las "vacas gordas" del procedimiento de quita y espera (aún se llamaba así en aquella época) capitaneado por Gerardo Lorenzo el Pontevedra consigue algo que hasta ese instante parecía imposible, convertirse de una vez por todas en un equipo importante en 2ºB y para el que jugar un play off de ascenso era algo casi rutinario.
Durante esas temporadas el Pontevedra contaba con unas plantillas importantísimas y evidentemente caras cuyo objetivo no era otro que el ascenso a segunda que incluso llegó a conseguirse en 2004.
La Liga regular tan solo era el camino previo que había que recorrer para alcanzar esas eliminatorias a vida o muerte en las que se iba a jugar el futuro del equipo. Lejos de sufrir de "mal de altura" clasificatoria el Pontevedra aceptaba con naturalidad su condición de favorito indiscutible para meterse en la lucha por el ascenso y los problemas venían cuando las cosas no marchaban todo lo bien que debían y el equipo se alejaba alguna jornada siquiera un poco de esas primeras posiciones.
Tras aquellos fracasos en las promociones de los que el infausto partido de Alcorcón fue el último ejemplo volvieron los tremendos problemas económicos que esta vez parecían realmente irresolubles y el descenso a tercera. Llegaron esas temporadas sin rumbo en la nave y resultados deportivos bochornosos y llegó por fin el actual Consejo de Administración presidido por Lupe Murillo con el que se consiguió de nuevo meterse bajo las sábanas de nuestra pareja más estable y tratar de ver el futuro con algo más de optimismo.
Y así nos plantamos el pasado año más o menos a estas alturas de competición (e incluso unas jornadas más adelante) con el equipo metido entre los cuatro primeros y ofreciendo una imagen solvente. Era una plantilla que mantenía en un tanto por ciento elevadísimo el bloque de la tercera división con pocas incorporaciones que se convirtieron en importantes y cuyo objetivo real era no complicarse la vida y no sufrir para mantenerse. El equipo se salvó virtualmente muy pronto (allá por el mes de Febrero) pero luego acusó el ritmo de la competición y acabó la liga en novena posición.
Pero he aquí que este Pontevedra 2016/2017 vuelve a plantarse en el mes de Noviembre entre los primeros clasificados y con una racha de victorias en casa que me retrotrae a aquellos primeros años de socio cuando cada partido jugado en Pasarón como local en tercera división era una auténtica fiesta granate.
Con respecto al pasado año la situación ha cambiado un tanto. Por un lado, los cambios en la plantilla han sido mucho más numerosos y los integrantes del grupo que logró el ascenso se han quedado ya en minoría. Por otro, el club ha subido algo más la exigencia y espera que se supere la clasificación de la campaña pasada aunque sin pronunciar directa y decididamente la palabra play off.
¿Existen argumentos reales o por lo menos más abundantes que los que teníamos el año pasado para seguir volando alto y no caernos antes de tiempo?
Vaya por delante que la plantilla con la que cuenta el Pontevedra CF en la actualidad no puede compararse a esos equipos citados anteriormente de hace quince años cuyo coste económico era muy grande y que sabía que tenían la obligación de jugar la promoción.
Aún así, creo que esos argumentos que nos pueden permitir soñar son más consistentes que los del año del retorno a 2ªB.
Esta temporada el Pontevedra parece contar con más "fondo de armario" y con más jugadores de calidad con respecto al año anterior y ello contando con la pésima noticia de la lesión de un Iker Alegre que venía a marcar diferencias en el aspecto ofensivo del equipo. Además, no se puede olvidar que ante la nefasta campaña de Carnero fue exclusivamente Borjas Martín el jugador sobre cuyas espaldas recayó la obligación de traducir en goles las ocasiones generadas por el equipo.
A día de hoy el Pontevedra cuenta con dos delanteros centro que ofrecen una serie de posibilidades que potencian indudablemente al equipo. En primer lugar, se implican y sudan la camiseta como el que más pero además ofrecen la oportunidad al conjunto de poder jugar al pié o incluso de manera directa pues se desenvuelven a las mil maravillas en el juego aéreo.
En medio campo, al trabajo y la fuerza de Kevin Presa y Alex Fernández se ha unido la versatilidad de Jacobo Trigo y la calidad técnica de Abel Suárez. Jacobo y Mouriño siguen ganándose a la gente con su juego e incluso el segundo se parece cada vez más a su mejor versión después de esa delicada enfermedad que tuvo que superar. Alex González parece que va a más y Añón aporta ese trabajo y potencia necesaria para el equipo.
La sorpresa está viniendo en defensa. A Capi ya le conocíamos e incluso a Portela que lleva toda la vida jugando a esto. Bonilla parece asentarse y los canteranos parecen querer dar un paso adelante. El resultado es que la retaguardia está solventando mejor de lo que se esperaba los avatares de la competición sin ofrecer las carencias que al principio podían temerse.
El equipo trabaja en bloque y a pesar del 3-0 sufrido en León (del que hay que aprender pero no hacer un drama) mantiene un buen equilibrio entre los goles conseguidos y los encajados.
No podemos olvidar tampoco que el año del ascenso se compitió hasta el último día de Junio y la plantilla debió afrontar la "reentré" en 2ªB con apenas veinte días de vacaciones lo que pudo afectar al grupo en el tramo final de la temporada.
El Pontevedra CF no está obligado a jugar la promoción (y no lo digo yo, lo dicen sus dirigentes) pero ese aroma a equipo importante de la categoría, esa sensación de que aquí se está fraguando algo bonito no se puede disimular.
Creo que a diferencia de hace un año existen bases más sólidas para mantener este vuelo alto del equipo y tengo la impresión escuchando incluso a componentes de la plantilla que le será esta vez mucho más complicado a nuestros rivales cortarnos esas alas con las que en estos momentos volamos con fuerza y con decisión hacia un destino que todavía está por escribir.