Félix Hernáez Casal
Victoria clave
Que todas las victorias en Liga reportan tres puntos es una verdad incuestionable. Pero que existen momentos cruciales a lo largo de una campaña en los que obtener triunfos resulta más imprescindible también lo es.
Tras un injustificable parón de tres semanas y después de ceder un empate contra el Caudal en el último partido en casa jugado en Pasarón, nadie dudaba que ganar al Guijuelo otorgaría una dosis de oxígeno importantísima para los pulmones granates.
Ni la entidad de un rival muy necesitado, ni la preocupante lesión de Mario Barco ni el experimento utilizado en la alineación inicial con la presencia inexplicable de un voluntarioso Miki fueron obstáculos suficientes para un Pontevedra que aprovechó el regalo concedido por el árbitro en la última jugada del primer tiempo en forma de penalti para ponerse por delante en el marcador.
Es cierto que el conjunto granate devolvió a su rival el obsequio aportado por el colegiado con un comienzo pasivo y atolondrado del segundo tiempo que contribuyó en gran medida a la cadena de errores que desembocó en el empate a uno.
Pero también es verdad que tardó poco en recuperarse y lograr un gol de hermosa factura que a pesar del desastroso último cuarto de hora de encuentro sirvió para poder llevarse el gato al agua.
Era vital ganar para acabar con la incertidumbre de cómo respondería el equipo tras este descanso "medio alemán". Lo era también para reencontrarse con el triunfo tras ese empate cosechado ante el Caudal de Mieres que truncó la impresionante racha de victorias consecutivas en casa. Y finalmente lo era porque en esta segunda vuelta los puntos va a costar el doble llevarlos a nuestro casillero pues todos los equipos se aferran desesperadamente a esta fase decisiva del campeonato para conseguir sus objetivos tanto por arriba como por abajo.
El Guijuelo así lo hizo y trató de agarrarse al encuentro aún disputando toda la segunda parte con un hombre menos y consiguió meter al Pontevedra en su área en esos quince minutos finales en los que surgieron nervios tanto dentro como fuera del campo.
No aprovechó su momento el equipo salmantino y el Pontevedra fue capaz aunque a trompicones de conservar una ventaja que le catapulta en la tabla hasta los cuarenta puntos y que le permite mantener los cinco puntos sobre el Valladolid B y los siete sobre una Ponferradina que ganó al Izarra en El Toralín sobre la bocina.
A su vez, la victoria nos coloca en la clasificación con la misma puntuación que el filial céltico que no pudo pasar del empate en Barreiro con el Mutilvera y que pone sobre aviso a los granates de lo que se puede encontrar el Sábado que viene en el campo de este rocoso equipo navarro.
Con todo, la noticia mala de la jornada y que no permite que la alegría por el triunfo sea total es la lesión de Mario Barco.
Sufrió el Pontevedra CF en la tercera jornada liguera el golpe durísimo de la grave lesión de Iker Alegre que le tiene en el dique seco desde entonces y cuya reaparición es todavía lejana.
Desde ese momento ha habido jugadores con molestias de mayor o menor importancia como las de Añón o Capi pero ninguna con la suficiente entidad como para preocupar a un cuerpo técnico que supo compensar con acierto la dolorosa baja de Alegre.
En el caso de Mario la lesión no es de tanta gravedad como la del extremo y las primeras estimaciones hablan de la posibilidad de que tenga que pasarse un mes sin jugar por el problema de tobillo sufrido ayer.
Pero es Mario. Sin ir más lejos ayer el equipo se fue a negro tras su lesión y le costó horrores encontrar brechas en el sistema defensivo del rival. La importancia de Barco es muchísima en este Pontevedra y a pesar de que Mateu es otro "9" con categoría y empaque, surgen ahora las dudas de cómo va a afrontar el equipo la ausencia del calagurritano en estos tres o cuatro partidos que vienen entre los que se encuentran el del Racing de Santander y el Celta B.
Esta plantilla 2016/2017 es más amplia que la de la temporada anterior y prueba de ello es lo bien que ha "digerido" la baja de alguien tan importante como Alegre pero aunque exista más fondo de armario no podemos negar que hay determinados jugadores cuya presencia hacen más potente al equipo y Barco es indiscutiblemente uno de ellos.
Sea como fuere el año 2017 ha empezado bien con este triunfo y como ya he dicho en alguna otra ocasión sería recomendable que no apareciera el vértigo clasificatorio en ningún estamento de la entidad.
Ayer es verdad que se oyeron "cuatro" silbidos en el tramo final del partido cuando el Guijuelo apretaba y el Pontevedra defendía con uñas y dientes el resultado metido más atrás de lo recomendable.
Pero esa tenue música de viento no es justificación para que se desestabilice nadie. Ni los jugadores, ni el Consejo ni el entrenador que ayer volvió a lanzar un discurso en rueda de prensa sin venir a cuento y diciendo cosas que ya sabemos todos.
No es obligación, Luisito, claro que no. Es ilusión, claro que sí. Pero parrafadas como las de ayer ni vienen a cuento ni creo que resulten saludables para la tranquilidad de la institución.
El Pontevedra está realizando una Liga maravillosa, eso es indiscutible.
Sería una pena que este trabajo llevado a cabo por la plantilla y el cuerpo técnico empiece a tambalearse por discusiones tan bizantinas como la de si mi objetivo es quedar séptimo o quinto en la tabla.