José Benito García Iglesias
El Santuario de las Apariciones
En una estrecha calle del casco antiguo de nuestra ciudad está emplazado el que se considera el tercer santuario mariano más importante, después de Lourdes y de Fátima, para la religión Católica. Fue el Papa Juan Pablo II, en el 75 aniversario de la aparición de la Virgen de Fátima a los pastorcillos portugueses, quien le concedió la categoría de santuario; a pesar de ello, continúa siendo un gran desconocido para los pontevedreses.
Este edificio o quizá más bien un edificio anterior que dio origen a este, o en todo caso en su emplazamiento, parece ser que pudo tratarse del lugar donde se ubicaba la sinagoga judía en tiempos de la Edad Media, ya que la zona era donde se asentaba la aljama, la judería de la villa. Marcas de canteros y una puerta tapiada con mochetas, parecen ser elementos claramente demostrativos de su origen medieval.
Debemos de tener en cuenta la proximidad de este lugar al denominado “Lampan dos Xudeos”, ubicado en lo que hoy sería el Paseo de Santa María, lugar en el que se considera que podía asentarse el cementerio judío y que a pesar de que recientemente se dice que no se ha encontrado resto alguno en la remodelación de la zona, restos encontrados con anterioridad y la nomenclatura del lugar parace indicar que sí sería su cementerio.
Mencionar que en una remodelación anterior, sobre el primer o segundo cuarto del siglo XX, se debió de pedir permiso al Rabí a quien correspondía la jurisdicción de este lugar, para poder realizar las pertinentes excavaciones en la zona.
Recordemos también que en la primera visita que realizó a nuestra ciudad Martha Lehman, pianista judía casada con el violinista pontevedrés Manuel Quiroga, dejó constancia de que la aljama de Pontevedra era todavía, entonces, una de las que habían conservado mejor su pureza en toda Europa; esta misma persona se acercó al “Lampan dos Xudeos” y una vez allí se arrodilló y besó el suelo como símbolo de respeto.
Más próximo a nuestros días, este edificio fue el palacio de los Arias Teijeiro. Antonio Arias Teijeiro (1772-1823) y su hijo, José Arias Teijeiro y Correa, (1799- 1867). Este último ha pasado a la historia como político carlista y por ser Ministro Universal del pretendiente al trono Carlos María Isidro de Borbón, cuestión por la que estuvo exiliado en Portugal y en Francia.
Décadas después se instalaron en este edificio las Madres Doroteas y en 1925, después de acariciar por algún tiempo el deseo de convertirse en religiosa, sor Lucía, de dieciocho años, se integró como postulante en el convento de la Orden en Pontevedra.
Aquí vivió, en la segunda planta, durante unos 25 años, bajo la identidad falsa de sor Dolores; y tal como le había prometido la Virgen en 1917, fue a revelarle la primera parte del plan de Dios para la salvación de los pecadores en nuestro tiempo de rebelión contra Dios: la Comunión reparadora de los Primeros Sábados de mes.
Sobre la aparición de la Virgen, relata Emilio Rodríguez Sánchez, delegado diocesano del Apostolado Mundial de Fátima, que primero se le apareció en su celda, cuando estaba en la casa de Tui, y unos meses después, el 10 de diciembre de 1925, en el convento de las Doroteas. La virgen apareció acompañada por el Niño Jesús, «en una nube de luz», en el patio del convento de Pontevedra.
Parece ser que el famoso tercer secreto de Fátima se escribió aquí, sobre un baúl que aún permanece guardado en el Santuario de las Apariciones. También parece ser que el entonces presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, católico convencido, al tener conocimiento de las apariciones marianas en Pontevedra, envió una imagen y una carta que aún permanecen custodiadas en el santuario.
Los datos que se aportan nos dicen que en los últimos 75 años, han sido más de doce millones de personas las que han visitado el Santuario.