Félix Hernáez Casal
No estaba muerto... estaba de parranda
Desde hace ya demasiado tiempo el Pontevedra CF acostumbra a dejarse jirones y jirones de prestigio por el camino cada vez que sale a disputar un encuentro por esos campos (en algunos casos sucedáneos de campos) de fútbol de nuestra querida 2ª división B.
En Talavera el equipo compitió durante treinta y cinco minutos a lo largo de los cuales encontró el gol y controló medianamente el partido para luego disolverse como un azucarillo en café caliente y acabar por dar una imagen lastimosa, indigna y lamentable que no podía conllevar otra consecuencia que una nueva derrota como visitante, sexta en siete partidos disputados esta temporada.
No. Por desgracia en esta ocasión el ridículo de la entidad no se agotó con el pitido final del colegiado del choque.
Si la segunda parte ofrecida por los nuestros resultó una vez más penosa e impropia del escudo que estos jugadores llevan en el pecho, lo que vino después no puede calificarse más que de boudeville de tercera clase, ópera bufa de pésimo gusto o sainete de medio pelo que no se merece en absoluto esta institución llamada Pontevedra CF que asiste perpleja a esta ceremonia de confusión e incompetencia más propia de un equipo de "chiquitistán" que de una entidad que se pretende seria.
Como es habitual, no faltó la apelación "luisítica" a la Presidenta y al Director Deportivo (o cómo se llame el cargo) que ninguna responsabilidad tienen en este desbarajuste y a los que el técnico de Teo exime de este desastre deportivo porque EL y solo EL es el culpable de que los resultados no lleguen esta campaña y el equipo se haya metido abajo.
Llegó a afirmar el entrenador (además de asegurar que había informado a todo el mundo de su decisión y que en ningún caso se debía a un "calentón") que estaba "muerto" para la causa y que no había otra solución posible que no fuera su marcha.
Después de la sorpresa producida por el anuncio del técnico las bocas siguieron sin cerrarse y los ojos más abiertos de lo normal cuando a renglón seguido aparecía Adrián León ante los micrófonos de Radio Pontevedra para decir que se estaba enterando en ese mismo instante de la "bomba" lanzada por Luisito. No es descartable que el ex del Logroñés se encontrara en la ducha, en el inodoro o en cualquiera otra ubicación insonorizada del vestuario talaverano en el momento en el que su entrenador les comentaba que se iba pero lo cierto es que el asunto ya empezaba a coger trazas de "charlotada".
Por su parte, la Presidenta se limitaba a decir que no le había disgustado el partido (el que esto escribe ignora si la máxima regidora del club tuvo que abandonar el mismo en el descanso y pudo ahorrarse el descalabro de la segunda mitad o asistió a los noventa minutos y ese segundo tiempo le pareció presentable) y que a las diez de la noche habría reunión extraordinaria del Consejo para tratar el tema de la dimisión de Luisito.
En ese momento ya empezó a revolotear la idea de que esa decisión del entrenador (se insiste, no producto de un calentón según él mismo que además se autodefinió como "muerto" para seguir dirigiendo la nave) podría no ser aceptada por un Consejo de Administración que seguía viendo en el técnico de Teo al entrenador ideal para el Pontevedra CF (si esa condición de idoneidad para el cargo se debe a que el Consejo realmente cree en él como afirma o bien obedece a que se vive más a gusto con este escudo por delante que tapa aspectos tan discutibles como la confección de la plantilla de esta temporada ya es otro cantar).
Lo cierto, es que ya de madrugada y después de más de dos horas de reunión de algunos miembros del Consejo de Administración se decidía no aceptar la dimisión del entrenador y la firme voluntad de los dirigentes de que continúe al frente del Pontevedra CF.
Al parecer, a las 13.00 horas del día de hoy se ofrecerá una rueda de prensa para dar más detalles sobre este episodio bufonesco que por lo menos a algunos aficionados granates nos ha llevado al sonrojo más absoluto.
Se desconoce, por otro lado, si para dicha rueda de prensa está previsto instalar alguna clase de hilo musical y comenzar el acto con la famosa canción "No estaba muerto.. estaba de parranda" para referirse a la situación deportiva actual de Luisito; ignorándose también si el propio técnico y algún miembro del Consejo bailarán dicha melodía al estilo del "combo dominicano" para dar por cerrada la crisis y celebrar que el Pontevedra lleva 14 puntos de 33 posibles, que está descaradamente metido en la lucha por la salvación de la que no le va resultar fácil salir airoso y que seguimos teniendo a ese entrenador que ha cambiado el rumbo de toda la historia del Pontevedra CF (jamás hemos tenido entrenador alguno de su talla excelsa al mando del equipo ) y que nos seguirá haciendo el favor de seguir ocupando nuestro banquillo a pesar del inmenso sacrificio que tal circunstancia le supone.