Luis López Rodríguez
El indepe español
Enrique vive en Girona desde hace catorce años. Yo lo conocí en Palencia (su ciudad natal) hace casi veinte durante la boda de mi prima Paula y su primo Fernando. Aunque lo pasamos muy bien durante aquella celebración, no habíamos vuelto a vernos desde entonces. La casualidad quiso que el jueves nos encontrásemos en la Plaza de la Verdura de Pontevedra y nos reconociésemos. Tras los saludos de rigor y una ligera puesta al día sobre nuestras vidas, acabamos compartiendo mesa, y botella, supongo que empujados por nuestro último recuerdo común. Enrique, como ya me había parecido en nuestro primer encuentro, es un gran conversador y además un gran aficionado a la Literatura. Después de hacer un repaso de las novelas de Vila-Matas y Antonio Orejudo, escritores que a ambos nos fascinan, y de Rodrigo Fresán, que a mí me parece buenísimo y Enrique no soporta, la charla derivó hacia mi reciente incursión en el mundo de la prensa, le dije que me interesaba mucho su opinión, como español en tierra hostil, sobre el conflicto en Cataluña.
- Pues verás, Luis, yo ahora soy indepe.
- ¿Qué? – Me eché a reír pensando que me tomaba el pelo, pero hablaba muy en serio.
- Yo mismo nunca habría pensado que acabaría defendiendo algo así, pero hemos llegado a un punto en que todos hemos tenido que posicionarnos y para mí está muy claro donde no quiero estar.
- Pero entonces…- me había dejado totalmente descolocado- ¿te sientes catalán?
- Si crees que esto va de sentimientos nacionales es que no has entendido nada. Yo siempre me he sentido y me sigo sintiendo español. No digo que no haya una parte del independentismo que fundamente sus ideas en la historia, la lengua o la cultura catalanas, quizás los que llevan toda la vida dando la matraca, pero estoy seguro de que a día de hoy son los menos. Muchos nos hemos visto empujados hacia el movimiento independentista como consecuencia de las reacciones del Estado ante la voluntad popular. A mí, por ejemplo, lo del Estatut me pareció muy grave, un Estatuto de Autonomía que había sido aprobado por la Cortes Generales y refrendado por el pueblo catalán, lo que viene siendo la expresión de la soberanía popular, y que el Tribunal Constitucional acabó tumbando. Para mí fue el primer golpe, fue decirle a la ciudadanía catalana que su voluntad no vale nada, que Cataluña y España es lo que decida Madrid. No me hice indepe entonces, ni tampoco tras el 9-N, que me mosqueó mucho también. Lo cierto es que ha sido algo progresivo, de hecho antes del 1 de Octubre no tenía muy claro si ir a votar, el "A por ellos" me convenció de que tenía que hacerlo, y pensaba votar que NO, pero me acabaron llevando a hostias hasta el SÍ. Lo que ha venido después sólo me confirma en mi postura. Los intentos de criminalizarnos por parte de la Justicia y la prensa, tachándonos de violentos. ¿Sabes cómo parábamos los golpes durante el 1O? Levantando las manos y gritando "Som gent de pau", entonces sí, la vergüenza les hacía detenerse. Luego están todas esas críticas a la escuela catalana por parte de gente que no las ha pisado en su puta vida. Mis hijos hablan castellano perfectamente, son del Real Madrid igual que yo y juntos celebramos los triunfos de la selección. No han oído hablar de identidad, nacionalidad o cualquier mierda catalana en su vida. Pero, en fin, es lo que se vende a la opinión pública, que nos adoctrinan. Que sepas que yo me he hecho indepe leyendo la prensa madrileña, contrastando lo que cuentan con lo que yo vivo. Es un pozo de odio sin fin.
- Pero TV3 tampoco es el paradigma de la neutralidad.
- No lo dudo, apenas la veo, pero no es comparable. Una cosa es posicionarse a favor de una idea y otra desvirtuar la realidad. A mí tampoco me gustan los políticos independentistas, es más, creo que algunas cosas como la DUI fueron una gansada, pero decir que en Cataluña se acosa a los españoles es una aberración. Yo nunca hablo catalán y siempre he defendido mi españolidad y no he tenido ningún problema. Que haya algún gilipollas que lo pueda haber hecho con alguien debería considerarse anecdótico y no la norma como pretenden hacernos creer. Algunos hemos decidido decir ¡Basta de manipulación! Parece que posicionarse contra los que tenemos una idea más plural y participativa de lo que debe ser España da vía libre para todo.
- ¿Y crees que la independencia es la solución?
- No sé si la independencia de Cataluña, algo bastante improbable por otra parte, sería la solución, pero creo que España debe independizarse de España, de la idea tan rígida que tiene de sí misma y la podredumbre que carcome sus instituciones. Creo que alguien -ahora hemos sido nosotros, pero otros se acabarán sumando- tiene que abrir las ventanas y dejar que corra el aire hasta que desparezca este olor a cerrado.
Enrique tenía ganas de seguir hablando, de hecho creo que lo siguió haciendo, pero para entonces ya habíamos acabado nuestra tercera botella de vino y mi memoria había tomado la decisión de independizarse unilateralmente de mí.