Tribuna Viva
Torear no es pegar pases para un reglamento
Bonito titular aunque ambiguo e inconcreto, pues puede interpretarse de varios modos.
Quizás así podría ser definitorio: TOREAR BIEN NO SÓLO ES PEGAR PASES, SINO CÓMO SE EJECUTAN EN CADA UNA DE LAS PARTES QUE LOS COMPONEN: CITE, CONJUNCIÓN O REUNIÓN, RECORRIDO Y REMATE.
En la tauromaquia hay partes que son de valoración objetiva y otras subjetiva. Ejemplos: la estocada es valorable objetivamente, puesto que es visible el sitio por donde entró el estoque (en el hoyo, caída, baja, delantera, etc); cuál ha sido su trayectoria (tendida, perpendicular, atravesada, etc); y nivel de penetración (entera media, etc). También lo es su ejecución, si el torero ha 'vaciado' al toro, o por el contrario se salió de la suerte aliviándose y tapándose y tapándole la visión.
Asímismo por su efectividad (muerte fulminante por seccionamiento de la aorta torácica, la cava caudal, etc..en la que el toro cae 'redondo' o no de manera fulminante, en la que necesita del descabello o se 'echa').
Sin embargo en el pase se dan las dos versiones. Objetiva: dónde se hizo el cite (dentro o fuera de la rectitud, adelantado o atrasado, de perfil o semiperfil, etc); dónde la conjunción o reunión (adelantada o atrasada, la pierna de salida del pase adelantada o atrasada); cómo se ejecutó el recorrido (en línea o en redondo, por arriba o por abajo, con la pierna de salida adelantada o atrasada); y finalmente el remate (hacia afuerta o hacia adento, por arriba o por abajo); si durante los cuatro tiempos del pase le ha podido al toro y no necesita rectificar la posición, etc. Y subjetiva: el 'pellizco' o 'duende', o la estética con que el torero actuante haya ejecutado el pase.
Hace sesenta años, cuando toreando de salón me preparaba para ponerme por primera vez delante, el profesor nos decía que el pase clásico y puro habría de ejecutarse así: en el primero de la serie y dentro de la rectitud, con la pierna por donde se inicia el lance adelantada, realizar el cite y una vez arrancado el toro, adelantar la de salida hasta sobrepasar la otra (cargar la suerte); no atrasar la de entrada (lo que es frecuente para aliviarse); hacer la reunión o conjunción adelantada para producir un recorrido largo y éste en redondo, acompañando el viaje con un giro de cintura, no en línea; efectuar el remate por detrás de la cadera trayendo el toro hacia adentro, no echándolo hacia afuera, y los siguientes pases de la serie, exceptuando el tiempo del cite, innecerario habiendo ligazón, proceder del mismo modo siempre con la pierna de salida adelantada.
Todo esto - en una reunión reciente de índole privado y dedicada al momento actual que vive la fiesta -, lo confirmaba una figura del toreo hoy retirada y que ha toreado prácticamente todo tipo de encastes. Decía al respecto: hoy en día muy pocos toreros, con la anuencia del público y aún reuniendo el toro las condiciones idóneas, realizan el toreo clásico y puro, es decir, el toreo bueno y de riesgo; lo que hacen es pegar pases y más pases, fuera del sitio y sin mandar sobre el toro.
Y dicho esto, voy al tema de las dos orejas no concedidas a Talavante en Pontevedra, lo cual creo es el motivo del título: TOREAR NO ES PEGAR PASES PARA UN REGLAMENTO. No concesión que para muchos ha sido injusta y para algunos, una minoría, justa. Aunque no compartidas, todas las opiniones son respetables.
Desde donde me encontraba oí cómo con sorna un subalterno le preguntaba a un 'taurino' que se hallaba en el callejón: "¿Este presidente se cree que Pontevedra es Madrid?". A lo que el preguntado respondió: "Es un imbécil". Acertada pregunta y respuesta si ambas se estuviesen refiriendo a una comparativa entre ciudades; pero no es el caso. La comparativa se refería a tema taurino, a la exigencia de la presidencia. Por tanto, pregunta y respuesta erróneas.
Sepan esas dos personas, al igual que otras muchas, que la diferencia taurina entre las plazas de toros de Madrid (Las Ventas) y Pontevedra, estriba únicamente en el número de eventos, el afoto de las plazas y el trapío que se requiere para cada una. En el resto son iguales. El presidente de la plaza de toros de Pontevedra para conceder la segunda oreja tiene el derecho de exigir que se realice el mismo toreo que en la de Madrid y el Reglamento es igual en ambas para juzgar.
Por esto, como aficionado y ateniéndome a lo que está reglamentado para la concesión de la segunda oreja, este es mi análisis del por qué ha sido justo el no conedérsela a Talavante en su segundo toro:
Dice el Reglamento: 'para la concesión de la segunda oreja -(Artículo 82.2)-... la segunda oreja de una misma res será de la exclusiva competencia del Presidente, que tendrá en cuenta la petición del público (seguía siendo la mayoría quienla pedía); las condiciones de la res (un toro falto de fuerza pero con fijeza y nobleza para poder realizar un buen toreo y no sólo pegar pases y más pases); la buena dirección de lidia en todos los tercios (en el primero, en tres ocasiones llevó mal el toro al caballo, dejándolo fuera de sitio en las dos primeras y en la tercera no lo fijó, se fue al relance); la faena realizada tanto con el capote como con la muleta (con el capote, verónicas sin mando echando la pierna de entrada hacia atrás, aliviándose. Y con la muleta hubo pases extraordinarios y de gran factura, pero también otros en los que el remate de los mismos fue hacia afuera y a media altura; y que dadas las extraordinarias condiciones del toro no necesitó el rectificar la posición. En algún otro le enganchó el engaño y después mucho pase de adorno. En concreto, faena para público fácil); y fundamentalmente, la estocada (media, caída y atravesada).
Por tanto, aun siendo flexible en los puntos referentes a las condiciones de la res, la buena dirección de lidia en todos los tercios, la faena realizada tanto con el capote como con la muleta y teniendo en cuenta tan solo y fundamentalmente la estocada (media, caída y atravesada); no tiene lógica ni sentido la concesión de la segunda oreja, aunque sea mayoría quienes la piden. Esta es mi opinión, por lo que, a mi entender, acertada la decisión del asesor y del Presidente.
Daniel Reinoso Fernández.
(Un simple aficionado amante de la verdad y pureza de La Fiesta que desea y aspira abandone la senda de degeneración por la cual camina: veto a ciertos encastes, presidentes, etc. La degeneración viene de dentro, de los taurinos y en su decadencia no influyen los antitaurinos).