Pedro De Lorenzo y Macías
Mi barrio: Recuerdos e historietas
Es la calle principal. El tiempo la modificó, generando problemáticas. El resolverlas en estos momentos es responsabilidad de nuestro alcalde. Algo hará.. ¡Se acercan las elecciones! Las palabras son gratuitas, las promesas olvidadizas. Engatusan al pueblo, "luego lo celebran a su antojo".
En el año 1955 nos tocó habitar en este maravilloso barrio. Sus inicios no fueron fáciles. Confluyeron distintas mentalidades, abriendo alguna herida de la recién guerra estúpida que dividió amigos, familiares en un ámbito de rencor, de tristes recuerdos.
Los niños nos unimos en nuestros juegos. Hubo alguna problemática. El espíritu de supervivencia es imperativo en la infancia; este nos obligó a compartir y ser un grupo sin discriminaciones.
No sabíamos que le llamaban Fuente Santa. ¡Sí! Habían colocado una fuente de hierro, que, limosnera, nos regalaba unas gotas de capricho. Nos obligaba acarrear agua de la fuente de los ciegos.
La barandilla de la escalera que daba acceso desde el camino de la Jabalina (Estrigueiras), era solo de yeso sin consistencia: se balanceaba de manera de capricho. ¡Siempre con la misma cantinela! "Va haber una desgracia". "Caerá al apoyarse en ella". "El alcalde de barrio pasa de tema". "Es un peligro para mayores, niños".
Todas estas críticas eran frecuentes y aumentaban por la pasividad de los políticos de entonces, como los de ahora. Los niños recogimos el testigo y buscamos la solución. Se planificó detalladamente la reivindicación vecinal.
Fiestas de la Peregrina, pasado los artificios de fuegos, regresamos un grupo a nuestra residencia. Nos encontramos solos con la escandalosa escalera. Tocamos la barandilla.. ¡Cómo se balanceaba! Tienen razón nuestras madres. Nos dividimos, ojeamos. Estaba desierto. Los mayores aún estaban de fiesta, las casas cercanas vacías. La empujamos. ¡Se derrumbó provocando un escandaloso ruido!
Nos agazapamos. Separados, por distintos caminos, nos refugiamos en nuestros camastros. ¡Gritos, amenazas! Nos despiertan. El alcalde de barrio echaba fuego, jaculatorias patrióticas. Amenazó y acusó a diversos vecinos. Nosotros, silenciosos, no soltamos prenda.
Hubo tensión, temor y miedo. Los "Grises" y otras policías indagaban en busca que los autores. ¡Grandes riñas, disputas! Culparon a nuestra visitante "La Jabalina"; la ponían a caldo, increpándole todas las desgracias.
El sudor, el temor de castigar a nuestra Jabalina nos atenazó. Ella era nuestro personaje de fantasía. Pasaba lenta, silenciosa; su talle, alto, delgado. El ropón largo, negro, abrigaba su cuerpo, con una capucha que ocultaba su pelo, su mirada. Iba a su aposento, en el túnel que une al Monte del Sol y Mollabao. Estaba en abandono. En un hueco dejaba sus pertenencias, dormía y se iba. El miedo, la superstición venció nuestra curiosidad. Veíamos su autillo: nunca lo tocamos. Era de misterio, pero con bondad.
¡Chillamos todos! ¡¡La JABALINA NO ESTÁ EN AGOSTO!! Nuestras reclamaciones fueron escuchadas y efectivas. La descartaron.
El tumulto alertó al gobernador; tomó carta en el asunto. Pronto se construyó nueva barandilla, asentada con hierro. "No bailaba, no se movía". Era recia y segura, levantando elogios para el anónimo justiciero. Generó tranquilidad en nuestro pequeño entorno.
¡Llega septiembre! Los perros enmudecen, hay silencio. La brisa en murmullos de incertidumbre susurra: "Ya llega la Jabalina". Todos nos apoyamos en la escalinata, ya reparada. Llega a nuestro lado, se para, nos mira. Su mirada de azul ausente, de tristeza, de sufrimiento, me envolvió. Creo que vi una mueca de sonrisa, de complicidad. Se fue.
Hoy están en peligro los muros, los caminos son tránsito de los bichejos que pasean a su antojo. No solo en mi barrio. Otras parroquias, arrabales, zonas peatonales, sufren penalidades de deterioro, de peligrosidad en circulación; no de sangre, de momento; pero sí de vandálico uso de vehículos.
¿Quién solucionará estas problemáticas? ¿Quién se va preocupar de nuestra herencia patrimonial? ¿Qué piensan hacer con el "Puente Malvar" en Cerponzones?
Pedro de Lorenzo y Macías