Tribuna Viva
Los vecinos cuidan a estos ancianos desamparados
Jose Antonio García Carballeda (76 años) y Elvira Arguibay (78 años) son el claro ejemplo de la solidaridad vecinal que hoy viven muchos mayores.
Jose Antonio fue transportista, autónomo toda su vida, y Elvira ama de casa. Viven en una casa en A Barcia Nº 12 de Marcón, frente a la ferretería Blanco. Si pulsas el timbre de su casa, se escucha la voz de Antonio desde su habitación…."pasa pa dentro", y así entran los vecinos o quien se digne a visitarlos, hasta verlo postrado en su cama.
Viven solos, aunque tienen una hija casada que vive en Carballedo, pero que no puede atenderles. Antonio con más de 120 Kg se pasa el día tumbado en la cama, apenas puede moverse y cuando lo hace viene un vecino para ayudarlo.
Igual que cuando quiere sentarse, ya que ponerse o permanecer en pie es imposible. Dice que cuando llama a asuntos sociales, le envían a la policía local, por si necesitan moverlo o cualquier recado. También está abonado a teleasistencia, paga 5 €, pero dice que "nunca veu ninguen".
Su mujer, con graves problemas físicos y mentales, apenas puede hacer la comida y además no puede ayudarle en nada, dado su estado.
Se preguntan donde están las ayudas de dependencia que tanto hablan los políticos, tanto a nivel Xunta como Concello. Los mismos que le dicen que tendrían que pagar a una persona para ayudarles al menos unas horas.
Antonio, con los escasos 800 € que cobran les resulta imposible, si además en la luz pagan un dineral, la casa no tiene calefacción, está en una zona muy fría y necesitan varios radiadores.
Los vecinos, "muy buenos vecinos" dicen, son los que se encargan de ayudarles y están pendientes de ellos continuamente.
Si no fuera por ellos…"xa estaríamos mortos", dice Antonío!!!
A este matrimonio les resulta increíble que en pleno siglo XXI, en el año 2018 y con lo que hemos avanzado estos años, se encuentren en esta situación, una situación de total desamparo. "Estamos postrados esperando a morte", dice Antonio, y le replica su mujer Elvira ¨pois eu ainda non quero morrer".
Por ello hacen extensible a los medios de comunicación su situación, a la espera de alguna ayuda, o que se atienda su petición, aunque a buen seguro, no serán los únicos.
José Antonio García Carballeda