Milagros Domínguez García
Andamos justos de héroes
Lo que estos días he leído en redes sociales me ha traído un recuerdo, una canción de Mecano que dedicaban a Salvador Dalí y que decía: "Si te reencarnas en carne vuelve a reencarnarte en ti, que andamos justos de genios Eungenio Salvador Dalí".
Aunque para adaptarla a mi pensamiento en lugar de genios habría que decir héroes y es que creo que actualmente necesitamos a personas que realicen grandes gestas que nos ayuden así a reivindicar nuestro pensamiento.
Me refiero al Guardia Civil de tráfico que durante el desarrollo de su trabajo en la vuelta ciclista a Zamora saluda a la bandera española que portan unos aficionados.
Me llamó poderosamente la atención la repercusión que tuvieron esas imágenes que no son más que una muestra de amor y respeto, la mayor expresión de sentimiento que se hace al símbolo de la nación por excelencia. Un acto sin lugar a dudas de gran belleza estética y elegancia, porque al verle sobre su moto, erguido y llevando a cabo su saludo, lo convierte en un momento cargado de simbolismo y solemnidad.
Y parece mentira pero hoy día es de valientes demostrar esa vinculación a un símbolo, a uno tan español. Y nuestro héroe lo hizo sin miedo y quizá necesitamos personas con coraje, que se presten a expresar sus sentimientos y sus creencias sin importarle que a día de hoy sea casi un pecado capital.
Me gustaría además recordar que ese mismo guardia civil en el desempeño de su labor al asistir al ciudadano, al denunciar a un infractor, está también rindiendo su tributo al emblema al que prometió llevar a cabo su trabajo. No lo olvidemos cuando los veamos trabajar por cualquier carretera española, porque en realidad ese saludo, ese día, en esa misma vuelta ciclista, lo hicieron todos los guardias civiles pero solo fue posible captar las imágenes de uno.
Con lo cuál hay más héroes a los que agradecer su valentía y sobre todo a los que emular, porque si de algo no debemos prescindir nunca y hemos de mantener intacta es la libertad de honrar y creer sin importarnos cuál es la opinión de otros y que para ello no necesitamos más que nuestra decisión, que es la expresión más solemne de nuestra libertad.
Y en mi opinión desde el respeto y la tolerancia, incluso ante los intolerantes, debemos hacer gala de nuestros sentimientos y no conformarnos con que sean otros los que lo hagan. Somos libres de hacerlo, sin complejos y recordando que es nuestro derecho el sentirnos españoles.