Evaristo P. Estévez Vila
Más cornadas da el hambre...
Manuel García Cuesta, conocido como "EL ESPARTERO", era un torero sevillano, un ejemplo de pundonor y arrojo en el arte del toro, por entonces un arte que pertenecía a los de izquierdas y a los de derechas por igual, ya que en la actualidad los primeros parece que renuncian a la herencia después de haber poblado palcos, antepalcos, barreras, contrabarreras y callejones casi siempre de gañote. Bueno, pero esto no era de lo que iba a escribir. Era tal el pundonor de EL ESPARTERO que en su primera temporada como torero recibió nada menos que quince cornadas, y, falleció, como no podía ser de otro modo, en la Plaza de Toros de las Ventas por un Mihura conocido como "Perdigón". Pues bien, EL ESPARTERO, no está claro si con ocasión de las objeciones de un banderillero sobre el peligro del morlaco de turno o a preguntas de un periodista sobre los peligros de la profesión de torero, soltó aquella frase con la que con respeto he titulado el artículo: "Más cornadas da el hambre".
Siguiendo la "doctrina" de Espartero, aunque probablemente sin quererlo, la Ministra de Trabajo y en general el "área social del gobierno" actual incluyó una serie de medidas encaminadas a mitigar las consecuencias económicas asociadas a la pandemia que estamos sufriendo. Antes de nada permítanme una reflexión que no de lugar a equívocos. La situación actual es complicada por imprevisible (al menos hasta cierto punto), por inesperada, y por falta de antecedentes que nos pudieran otorgar una cierta experiencia en situaciones pretéritas. Por ello, entiendo que debemos respetar hasta el error.
Pero no por ello voy a dejar de explicar, con la meticulosidad habitual, qué se ha hecho mal en cuanto a las medidas económicas paralelas a la declaración del estado de emergencia y sus consecuencias.
El 17 de marzo, tres días después de la declaración del estado de alarma, se aprueban diversas medidas de contenido económico: moratorias en las hipotecas, compatibilidad con la conciliación familiar, ayudas a autónomos y los ahora ya famosos ERTES, expedientes de regulación de empleo, y a estos me voy a referir para hacer un diagnóstico de la situación actual y de futuro próximo.
Se aprobaron dos tipos de ERTE, unos por causa de fuerza mayor y otros denominados ETOP por causas económicas, técnicas, organizativas o de la producción. Este, a mi modo de ver es el primer error.
El 17 de marzo de 2020 no hay dos tipos de ERTE, solo hay un motivo por el que las empresas se ven abocadas a solicitar un expediente de regulación de empleo para sus empleados: el estado de alarma y como tal, esta es una causa de fuerza mayor. Las causas económicas, técnicas, organizativas o de la producción son consecuencia de la declaración del estado de alarma por el gobierno y no obedecen a una situación derivada de la actividad empresarial.
Para que me entiendan, la empresa no tiene menos trabajo, necesita menos trabajadores a consecuencia de otros factores que no sean el estado de alarma. Por ello no tenía sentido alguno establecer dos categorías y obligar a las empresas a decidirse sobre qué procedimiento seguir. He de decir que el procedimiento de ERTE por causa de fuerza mayor era expeditivo, inmediato, no exigía previa negociación con los trabajadores y el segundo sí, pero el resultado práctico era el mismo.
A partir de aquí esto produjo un segundo error. La Inspección de Trabajo informaba desfavorablemente los ERTE por causa de fuerza mayor de todas aquellas empresas que no hubieran sido incluidas expresamente como aquellas actividades prohibidas por el gobierno, cuando en la práctica y salvo los servicios sanitarios, la totalidad de actividades económicas del estado se vieron en un primer momento absolutamente paralizadas, y me van a entender.
Si tu no ordenas la paralización de la construcción pero impides que los trabajadores puedan salir de sus localidades porque carecen de transporte, de hoteles, de hostelería, etc… en realidad estamos impidiendo el ejercicio de la actividad. A pesar de ello muchas empresas vieron sus ERTE denegados.
Posteriormente vino un tercer error o más que error una omisión con consecuencias muy traumáticas. Tras la aprobación de los ERTE, el Servicio Público de Empleo (antiguo INEM ahora SEPE) estableció, al contrario del procedimiento hasta entonces vigente, que no fueran los trabajadores los que individualmente tramitaran sus prestaciones por la suspensión de sus contratos sino que dicha tramitación se realizara a través de las empresas quienes con sus gestorías se veían obligadas a realizarle a la SEPE buena parte del trabajo logístico, y lo aceptaron. Pero la SEPE hasta el 25 de marzo (11 días después de la declaración del estado de alarma) no habilitó la plantilla y el procedimiento para que las empresas pudieran tramitar las prestaciones de sus trabajadores con la consecuente demora en la tramitación que repercutiría negativamente en la celeridad con la que los afectados (trabajadores) percibirían su prestación.
Cuando los trabajadores comenzaron a percibir sus prestaciones observaron que en muchas de ellas los datos correspondientes concretamente al concepto "hijos a cargo" que posibilita el incremento de su percepción, eran erróneos. Cuarto error. La propia SEPE, y pese a que algún macarra de turno trató incluso de derivar la responsabilidad sobre las empresas que no habían facilitado correctamente los datos a la SEPE, reconoció que dichos datos iban a ser corregidos de oficio porque ellos estaban en posesión de los mismos…pero hasta hoy.
El 13 de mayo, día "milagreiro" más profundo que San Benito, el Gobierno aprobó un nuevo Real Decreto Ley, hay que decir en este punto que resulta difícil incluso para los profesionales seguir el ritmo de reales decretos ley del gobierno en esta época de estado de alarma. En este Real Decreto Ley, y sobre la marcha, el gobierno social cambia las reglas del juego a mitad de la partida y dice: sobre que los ERTE no iban a consumir el subsidio de desempleo de los trabajadores… pues a partir de junio sí; que los ERTE llevaban aparejadas la exención de cuotas a la seguridad social, pues a partir de Junio no y no voy a entrar en detalles excesivamente técnicos o profundos, y esto en medio de una advertencia general, vamos a solicitar el estado de alarma por un mes más.
Me olvidaba de una más. El Gobierno le reiteró una advertencia a las empresas, ustedes no pueden despedir trabajadores con fundamento en la fuerza mayor derivada del estado de alarma salvo que se encuentren en situación de riesgo de concurso de acreedores lo que aboca a muchas de ellas, aunque no lo desearan, al pre-concurso al menos. Otro error que parte de una idea instalada en la parte social del gobierno que piensa que las empresas despiden a sus trabajadores en circunstancias como estas, sencillamente porque sí, por incrementar su cuenta de beneficios, ignorando que las empresas en general son conscientes de que su principal capital es el capital humano.
La situación particular de Pontevedra, ha sido tratada con evidente acierto por los columnistas de este medio en los últimos días centrando sus críticas, en cuanto a la inacción particularmente, en el gobierno local, más dado al "marketing pandemia" que a la adopción de medidas e ideas prácticas para ayudar a los más desfavorecidos: a esas personas afectadas por los ERTE, despedidas, sin recursos, a los que las palabras "sentidiño" y "reinicia Pontevedra" les traen sin cuidado y a aquellos comercios, autónomos y empresarios en que los slogan a estas alturas les suenan y más que les
sonarán a insulto a la inteligencia. El gobierno local no es consciente de que estamos ante una economía de guerra al menos para lo que queda de 2020 y que en una economía de guerra lo primero que hay que hacer es establecer los recursos disponibles, minimizar compromisos previos y trazar un plan, un nuevo plan que resuelva los problemas esenciales de nuestros vecinos en situación comprometida, no por su inacción, no por su negligencia, sino por causa de fuerza mayor.
Y volviendo al análisis de la situación que nos ha traído aquí, si alguien a lo largo de este extenso artículo no ha entendido lo que es un ERTE o las medidas adoptadas por el Gobierno al respecto, le recomiendo el visionado de la rueda de prensa de la Ministra de Trabajo del 2 de abril, de lo que obtendrán una medida adecuada de la altura de miras de quienes toman las decisiones sociales en España en 2020. Por ello debo terminar con otra frase de otro torero, el mítico GUERRA o GUERRITA, Rafael Guerra, cuando dijo aquello de "…lo que no pué ser no pué ser y además es imposible" aunque otros se la atribuyen a Talleyrand. Agárrense que esto no ha hecho sino empezar.