Pedro De Lorenzo y Macías
Aparición de San Miguel Arcángel en Monte Gargano y su ubicación en la isla de Tambo
En nuestros ensayos sobre la isla de Tambo, hemos detallado varias posibles fuentes. Lo que tenemos seguro que la advocación a San Miguel Arcángel se originó en esta brillante isla, perteneciente al Monasterio de Poio, expropiada por corrientes políticas: "El ilustre Mendizábal". Esta isla consta que fue donada a dicho Monasterio por Doña Urraca y su marido Raimundo de Borgoña.
Pincelamos las raíces de esta advocación. El monte Gargano es un macizo montañoso, sito al este de Italia; tiene forma de una espuela de bota vaquera de la península italiana. Está ubicada en la provincia de Foggia, al norte de la región de Apulia.
Se menciona que en su origen fue una isla que se unió a tierra firme; las causas que aportan corresponden a varios aluviones desde el torrente Candelaro. Sus rocas calcáreas nos deleitan con grutas de misterio; afirman que fueron habitadas por humanos en el paleolítico.
Este poderoso Monte genera envidia a las soberbias colinas que le rodean. En el siglo V d. C., narran que estaba acompañado por un bosque de tupidos misterios y alejada del mundanal ruido.
Encontramos en el "Liber Pontificalis", la siguiente reseña. "Bajo el gobierno del Papa Félix y del Emperador Zenón, un día de aquel siglo tan lejano, a un noble y muy rico señor del Monte Gargano, que se llamaba también Gargano y era el propietario de aquella montaña, desapareciósele su toro más bello y de grandeza superior. Después de tres días de búsqueda, decidió ir personalmente a buscarlo. Después de algunas horas de una búsqueda angustiosa, con gran estupor encontraron a la bestia de rodillas en la entrada de una caverna inaccesible. El patrón, viendo la imposibilidad de salvarlo, quiso matarlo con una flecha envenenada. Pero ante la maravilla de todos, la flecha regresó e hirió a quien la había lanzado. El patrón cayó sangrando al suelo y los siervos asustados lo fajaron de prisa y lo llevaron a su casa en Siponto, que actualmente es una fracción de Manfredonia. (8 de Mayo de año 490)".
Este hecho se convirtió en el centro de conversación en su entorno. Ante la incertidumbre acuden al Obispo San Lorenzo Mayorano, primo del emperador Zenón. Reflexiona y aconseja a toda la población ayuno y rezos durante tres días, para conocer las fuentes de tal relevante suceso. El 8 de mayo de 490, el obispo rezaba en la nocturnidad y se hizo presente una figura angelical que le manifestó: "Yo soy el Arcángel Miguel que continuamente está en la presencia de Dios. Deseando que este lugar se venere en toda la tierra y sea privilegiado, quise probar con ese acontecimiento insólito, que todo lo que se obra en este lugar, sucede por Voluntad Divina. Es Dios que me ha constituido Protector y Defensor de este lugar".
El arcángel simboliza la supremacía del Bien sobre el Mal. La iconografía medieval lo suele representar blandiendo una espada o una lanza, con el dragón vencido a sus pies.
Este hecho se extiendo rápidamente por el mundo cristiano, y aún no se utilizaban los medios: Facebook y twitter. Nuestra Isla de Tambo nos narra: "una de las leyendas ocurrida en mis dominios. La data sobre el año 530. Nos comenta Esta Isla el asentamiento de la advocación a San Miguel. "Un suevo, de nombre Rechila, perseguía enconadamente a los cristianos. Tenía ojeriza a Autberto, obispo de Braga. Este se escondió en nuestros agrestes montes del Castrove, haciendo vida de anacoreta. Se le apareció el Arcángel San Miguel y le señaló que construyen un templo en mi seno. Estando dormido, le narraba su deseo. Por tercera vez, le dice: "Un ladrón robó un toro y lo tiene escondido en la isla. Vete y donde él haya pisado, comido, levanta un templo".
Aportamos otra versión que pudo dar nombre al Tambo. Nos trasladamos a Francia. El Mont – Tombe (Mont-Saint-Michel) es una pequeña isla rocosa, sita en el estuario del río Couesnon, en Normandía, al noroeste de Francia. Nos situamos en el tiempo en el año 708 y visitamos el entorno de este paraje de bucólica belleza. Por aquella época Aubert, obispo de Avranches, se le apareció, en sueños, el Arcángel San Miguel sugiriendo que erigiese un templo en su nombre; los dos primeros sueños no los consideró de importancia. En el tercero, el Arcángel le perforó con su angelical dedo el cráneo.
Inició la construcción del templo; envió embajadores al Monte Gargano con el objeto que trajesen reliquias del Arcángel. Finalizó el Santuario, al parecer, el 16 de octubre de 709. En el año 1000 adquiere gran popularidad y se origina varias construcciones que amplían el santuario y para el albergue de los peregrinos, cada vez más numerosos. Conquistó el carisma del turismo, siendo visitado por más de tres millones de turistas.
Declarado monumento histórico en 1862, el monte Saint-Michel figura desde 1979 en la lista del patrimonio de la humanidad de la Unesco, en cuya declaración están incluidos también la bahía y el antiguo molino de Moidrey, situado a unos cuatro kilómetros tierra adentro.
La etimología de su nombre no se debe a las leyendas: posiblemente provenga del Latín Tumulus, o del griego tumbos (τύμβος): círculo elevado de forma circular como monte sepulcral.
Es curioso. Los tres lugares en que se plasma la intervención del Arcángel San Miguel son islas. Nuestra isla de tambo, cuenta la tradición que estaba unida por un istmo a la playa de Chancelas.
Observamos que la advocación a San Miguel se inicia en el 490 en el Gargano; en 530 en el Tambo y en 708 en Mont Tombe. En todas interviene el arcángel para que se erija un templo en su memoria.
Plasmamos una curiosidad. El túmulo Gargano ha despertado muchas opiniones. Unos defienden que procede del nometon celta que deriva en el drunementon: "bosque sagrado de robles, lugar de encuentro y culto de los celtas". Genéricamente era el templo druida. Virgilio lo menciona y lo denomina "Nemetum Garganum". El bosque Garganica.
En nuestra Isla se han encontrado vestigios celtas, romanos con influencias griegas. Algunos postulan que Prisciliano ejerció su doctrina en su ámbito. Pincelamos una de las leyendas de la fundación del Monasterio de Poio.
Está situado en un verde altozano mirando al mar de los misterios; vigilado por la enigmática isla de Tambo, en la ría de Pontevedra. Cuenta la tradición que San Fructuoso, andando por las marítimas aguas desde el Tambo, llegó a este lugar mimado por la naturaleza y se embelesó. Fundó el cenobio en el siglo VII. La única referencia que aporta es Valerio, discípulo de San Fructuoso: Nació a finales del siglo VI, en el seno de una familia goda de la nobleza, de grande riqueza. Huérfano muy joven, entregó sus bienes a los pobres, liberó a sus esclavos y se retiró en busca de lugares agrestes y de difícil acceso. Estaba poseso por la vida ermitaña; la soledad, la sabia naturaleza, le confortaba su espíritu. El viento promulgó su vida, santa y austera; pronto llegaron hombres y mujeres, penitentes. Fundó el primer cenobio. Deambuló, donde se asentaba llegaban otros buscadores de la paz, de la santidad y otro cenobio. Así transcurrió toda su vida. Hasta que llegó a Poio y fundó los inicios de este histórico monasterio en San Juan de Poio.
Al interrogante: ¿quién introdujo la advocación de San Miguel en nuestra isla de duende? Con todo lo expuesto, no tenemos respuesta certera. ¿Podría ser Autberto, obispo de Braga? En Marín la celebran desde 1639 y es su patrono. Parece ser que fue patrono de gremios de mareantes anteriormente. En el Concilio de Trento (1545-1563) se aprobaron varias resoluciones; entre ellas están: La sistematización de las ceremonias litúrgicas. La veneración a la Virgen y a los santos. La creación de seminarios diocesanos. La creación de los archivos parroquiales.
En la charla coloquio que desarrollamos el 20 de abril del 2018 en el Museo Manuel Torres. Al comentar unos párrafos de los seguidores de Don Celso García de La Riega: "En uno de sus viajes, Colón, dio el nombre de San Miguel a la punta más occidental de la Isla de La Española, o sea Santo Domingo, que viene a ser el nombre de la cofradía de marineros de Pontevedra, que existió de 1470 a 1480; y ni en Génova, ni en Saona, ni en Córcega, ni en Calvi, existía cofradía alguna bajo la advocación de San Miguel".
Esta reseña fue una interpretación aventurada. El documento que mostramos (esperemos que esté verificado) reza: "En un cuaderno de cuentas y visitas de la cofradía de marineros llamada de San Miguel en Pontevedra, entre los años 1470 a 1480, figura Α de Colón pagando impuesto de viajes de su barco, de Pontevedra al puerto de Aveiro en Portugal".
El Patrón de La Cofradía de Pescadores tenía toda la razón, argumentando que dicha cofradía existía mucho antes que estas fechas. Analizado el documento, habla de pagos de Colón entre esos años. Es posible que ya existiera antes y desconocemos en qué fecha se instauró.
En cuanto que dicha cofradía solo existía en Pontevedra, diferimos y dejamos esta reseña: "El documento del legado hecho por la condesa Muniadona Díaz al monasterio de Guimarães el 26 de enero de 959,3 contiene la referencia a Suis terras in Alauario et Salinas, la forma más antigua que se conoce del topónimo de Aveiro. Las primeras menciones que hacen referencia a la ciudad datan del siglo x, pero hasta el siglo XIII no es elevada a la categoría de villa. En aquella época, la población se agrupaba en torno a la iglesia principal consagrada a San Miguel Arcángel, situada donde está hoy la Plaza de la República, aunque este edificio fue demolido en 1835".
Para esclarecer los hechos históricos hay que profundizar y buscar el origen de los mismos. En cuanto a la advocación de San Miguel, creemos se instaló, en su inicio en la Isla de Tambo. ¿Quién la introdujo? No tenemos respuesta.
Referente a la cofradía de San Miguel, observamos que es posible que tuviese su origen en Aveiro o Marín. ¡Un buen tema a investigar!
Pedro de Lorenzo y Macías.