Pedro De Lorenzo y Macías
El Monasterio de Poio: Cuna de libertad, cultura y del humanismo cristiano
Cada época está determinada por decisiones políticas. Los Benedictinos fueron expulsados por orden Mendizábal. El monasterio se convirtió en sede de la alcaldía, del poder judicial, de la docencia.
En Conxo, los mercedarios volvieron a su monasterio de origen en 1881. Las corrientes políticas proyectaban convertir el convento en un centro psiquiátrico, para acogida de enfermos mentales.
En 1882 se divide el monasterio en dos alas; la mejor, al psiquiátrico, que acogía enfermos de Galicia y Asturias; la otra, a los mercedarios. El número de enfermos fue aumentando. La situación de la comunidad se hizo crítica, le iban quitando más espacio a los Mercedarios.
El arzobispo Martín de Herrera les propone varios conventos abandonados. Solo el de Poio presentaba condiciones aceptables.
Su llegada a Poyo (1890) no fue laureada por los ocupantes, relegando a la comunidad a un ala, desfigurada y maltratada por el olvido y la desconsideración de unos intelectuales. Sí se aprovecharon para disfrutar de documentos, que son patrimonio de la cultura, registrándolos a nombre propio. Estos documentos, en manos de particulares, son patrimonio cultural de la humanidad. Deben de regresar a su origen, la biblioteca del Monasterio de Poio.
Ocuparon la parte norte, que estaba en ruinas, en abandono. Convivieron dos años con el juzgado, concello y escuelas. Se decidió edificar un edificio para el concello, escuelas y juzgado. Don Alejandro Mon cedió el terreno y la construcción fue ejecutada por los Mercedarios.
Finalizada la obra (1892), El Padre Prior Fr. Buenaventura recibe las llaves por parte del alcalde. El ayuntamiento ocupa la parte central; en los laterales las escuelas. Se hace entrega de las llaves del monasterio (diciembre del 1892).
Se inicia la restauración del monasterio. Arreglaron habitaciones, pavimentos, pasillos. Lo más costoso fue la limpieza de la iglesia. Los techos estaban ruinosos y la lluvia inundaba las bóvedas, amenazando la hermosa sillería; estaba cubierto de verdín, dando aspecto de caverna.
Rascaron la piedra con escobillas, con una solución de cloruro de cal y, por fin, con agua limpia. Siempre sin olvidar el "Mensaje Mercedario".
La labor mercedaria se expandió por todos los ámbitos. En 1893 fomentan la escuela nocturna para jóvenes que tenían intención de emigrar. Asistieron 110 alumnos de varias parroquias. La mayoría alcanzaron sus objetivos, realizando su sueño en el extranjero. (Hay muchos testimonios de ellos, cartas enviadas y guardadas en la Biblioteca; todas llenas de agradecimiento a los frailes de blanco hábito).
Han aportado grandes episodios a Pontevedra, Galicia, varios pueblos de España y en otros Países. Fueron los precursores de la Escuela de Canteros, de la Escuela de Mosaicos, bajo la dirección de Antonin Marek Machourek.
Hoy vamos a plasmar el amor al canto gregoriano y su desarrollo, siendo un gran referente para nuestra Provincia y de distintos pueblos. Entre ellos, se forjaron grandes músicos, compositores y directores de Scolas, Corales y otras manifestaciones musicales. Citamos a Miguel del Barco, Anselmo Senra Bustamante. Hubo varios buenos organistas y compositores.
Entre los años 50-70 la Salve Regina, cantada por ellos todos los sábados, rompió fronteras. Siendo valorada y admirada por multitud de visitantes.
Toda su labor fue reconocida el 25 de octubre de 1989 por la Diputación de Pontevedra, que le otorgan la "Medalla de Oro de la Provincia" por todos sus servicios: espiritual, docente, artística y musical.
Plasmamos los orígenes de la Salve Regina, Mater Misericordiae: El origen de esta belleza de cántico gregoriano es muy discutido. Leídos todos los argumentos, respetándolos, en el año 959 San Pedro Mezonzo, obispo Compostelano, compuso la divina plegaria a la Madre de los Desamparados. Lo confirman los testimonios de Benedicto XIV: "Pedro Mosón, obispo compostelano, que fue abad del monasterio de Antealtares, compuso esta piadosa Antífona de la Virgen, es decir, "La Salve Regina".
El doctor Esteban de Aguilar y Zúñiga, en "Efemérides de Causino": En Compostela, Pedro, su obispo, inventor de la Salve. Padre Picaso, discípulo de San Ignacio de Loyola cita: "De Galicia fue San Pedro Martínez Mezonzo, obispo de la iglesia de Padrón, ahora de Compostela, el que compuso en Latín la celebérrima oración, llamada salve".
En 1096, en la primera cruzada, Ademaro de Puy la llevó como himno militar, tomando el nombre de Antíphona de Podio. En 1893 Clark, en su obra Old and New Ligtlis on Columbus: comenta que era muy famosa entre los marineros de Colón, dando pie a la tradición de ser una Cantico Náutico; aduce que su autor fue Hermann Contracto de Reicheman, en la abadía de San Gall (1013-1054).
Hay más opiniones. Modestamente nos inclinamos que su autor fue San Pedro Mezonzo. Los mercedarios la hicieron suya, la mimaron llevándola por todos los pueblos de España y otros países. Su Schola Cantorum alcanzó gran relevancia. Pablo VI en su visita a Fátima, en mayo de 1967, recibió cariñosamente la Scola Cantorum del Monasterio de Poio, de aquella con unos 200 coristas.
La ciudad Condal los solicitó. Añoraban venerar a su patrona con cánticos gregorianos. En el año 68 la Basílica de la Mare de Déu de la Mercè i Sant Miquel Arcàngel, conocida como Basílica de la Merced, en el inicio del 24, las voces de La Scola Mercedaria de Poio embelesaron, impregnaron el mensaje a todos los hermanos catalanes "Libertad, hermandad, unidad".
En 1218 La Virgen eligió a Pedro Nolasco con una súplica: "Luchad contra la esclavitud". Fundó la orden mariana en esa hermosa ciudad, Barcelona; hoy azotada, maltratada por crueles y violentos atentados.
En 2018 se celebró el VIII CENTENARIO DE LA FUNDACION DE LA ORDEN DE LA MERCED.
Poio fue un gran referente cultural, espiritual y de hermandad para nuestra Galicia, los pueblos de España, Portugal y Francia, y los pueblos hermanos de Sudamérica. Ello motivó la grabación de la melódica salve por TVE, imagen que reproducimos para su recuerdo, cedida por TVE.
Año 1968 (Monasterio de Poio).
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Monasterio de Poio.