C.L. Fontán Ruiz
Negligencia política
Desde hace meses, el simple hecho de ver los medios de comunicación debería provocarnos urticaria, y la causa de esta reacción alérgica no es otra que la falsificación de las palabras que tartamudea nuestra clase política.
Nos han contaminado el juicio porque para ellos no era suficiente con estar viviendo una pandemia, que para tapar su incompetencia han caído en un arte tan infantil que es la de culpar a los demás; mostrando por enésima vez su inmadurez y sutileza.
¿Por qué a un medico se le piden responsabilidades y a un político no se le obliga a cumplir con sus competencias?
Pues por el conformismo de una sociedad hueca y sobornada en la que contradictoriamente; me incluyo. Nos conformamos con un meme jocoso, una crítica en redes sociales e incluso con este desorden de letras de madrugada. Tolerando que nos mientan a la cara y se tiren la pelota de un lado a otro de la bancada.
Normalizando que la política no está a la altura y que la culpa no es ni suya ni nuestra; si no que el circo esta así montado. Y si no funciona la receta hablamos del emérito que lo tenemos descuidado.
Pero eso tan nuestro de votar a unas siglas con la lealtad que le debemos a un equipo de futbol, será difícil que cambie en esta España nuestra; que evocando al Pacto del Pardo entre Cánovas y Sagasta, seguirá durmiendo su costosa siesta sin caer en la cuenta de que el tiempo apremia, y que el precio que nuestra sociedad está pagando desde hace meses es demasiado por no tener a los mejores al volante. Tanto, que a las generaciones futuras no creo que les dejemos un mundo mejor, pero si más caro.