José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Valores
Dos historias que terminan cruzándose. Por un lado Miguel Ángel Villarroya, 45 años de servicio en el ejército, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, famoso por sus frases épicas durante la pandemia. Hablaba de "una lucha", "una guerra", "todos somos soldados".
Él y otros cargos militares recibieron la primera dosis de la vacuna de forma indebida. Entendió que el primer deber fundamental del militar español, la disposición permanente para defender España, debía llevarlo a rajatabla. A los pocos días le fue aceptada su dimisión.
Por otro lado nos encontramos con José Manuel Lorca, 45 años de sacerdote, y actualmente obispo de Cartagena, director y fundador de la escuela de teología de Lorca. Se saltó, el turno de vacunación en compañía de su séquito, haciéndose pasar por capellanes de una residencia.
Siguió al pie de la letra otra máxima popular: "Hacer lo que yo digo, y no lo que yo hago". Pidió perdón, pero sigue en su puesto.
Hay muchos más ejemplos, pero para mí estos son los más dolorosos, porque estamos hablando de supuestos líderes a pequeña escala, en los que debieran primar valores, como el respeto, la responsabilidad, honestidad. Uno optó por la inmunidad del alto mando en vez de la tropa, el otro por la inmunidad del pastor, en vez de la de "rebaño". Su comportamiento, tendría que ser ejemplar, una referencia para sus "subordinados y ovejas", pero han optado por el "tanto tienes, tanto vales", el saltarse la cola, el yo primero.
Estas personas dejaron de lado valores tan fundamentales como la solidaridad, el respeto, la responsabilidad, acogiendo como propios, otros en su lado negativo, el poder (yo lo valgo) y el individualismo (yo mimeconmigo). Su comportamiento ante una situación complicada para todos los ciudadanos, fue hacer trampa, mentir, a sabiendas de que perjudicaban a otra persona destinataria de la vacuna.
Eso es la triste realidad de esos, y otros 300 que según los últimos datos, se han saltado las prioridades que ha establecido sanidad. Por suerte la escala de valores, que predomina entre la mayoría de los españoles, tiene que ver con la tolerancia, la generosidad, responsabilidad y respeto a las normas establecidas.