Lucía Lourido
10 ideas locas para tiempos de crisis (I)
¿Que ya no sabes con esta crisis qué hacer? Pues estas ideas has de emprender. Con ellas tienes mucho que ganar ¡y nada que perder!
1. Vende tu televisor y cómprate unos agapornis.
Sinceramente, el tener agapornis (similares a los periquitos, son también conocidos como "inseparables") me ha cambiado la vida. Desde que los tengo, y desde que medito por las mañanas, empiezo mi día con mucha calma y buen humor.
Antes siempre andaba toda ajetreada, corriendo de aquí para allí sin saber muy bien adónde. Y es que, como dice Felipe García Rey, formador y coach, andamos "como pollos sin cabeza".
Esta frase, que aún a día de hoy me viene a la mente, me hizo pensar y poner en pausa mi vida. Ahora me levanto tranquila, me tomo mi desayuno y disfruto mirando para mis "agarponitos". Su simple visión me inspira, y genera en mi interior una ternura inconmensurable que me acompaña a lo largo del día.
- Sí mujer sí, ¿y de dónde saco yo 50 euros para la jaula y los bichos? (darles de comer es lo de menos, viene costando un euro al mes).
Pues vended la televisión, digo yo, que últimamente sólo dan malas noticias y casi de memoria ya me las sé. (La noticia sería que pasara algo bueno).
Ya os lo digo así de claro: a elegir, yo me quedo con los agapornis me aportan mucho más.
2. Baila en un sitio raro.
No. No vale mientras estás fregando los platos o en tu habitación. Tiene que ser en el coche, en el súper o de camino a casa, a modo de exhibición, que digan "este qué loco está". Si es en casa como mínimo tendría que ser en el balcón. (Si vas a hacer el loco, que se entere alguien, de lo contrario no tendría gracia).
Pon una canción que te guste y déjate llevar igual te sorprendes.
3. Date una ducha creativa.
No, no hay que hacer nada raro, simplemente secarte en orden inverso al habitual (idea sacada del blog de Felipe García Rey, Acción Consciente). El hacer las mismas cosas pero de otro modo genera creatividad.
4. Escucha los rayos del sol.
¿Has oído alguna vez el sol? ¡A que no! Pues siéntate al aire libre imaginando cómo sería el sonido de los rayos del sol. Siente su energía descubrirás algo inquietante.
Y no, no me vale que "no hace sol". Puedes escuchar también el viento, las nubes, la noche o la lluvia. Cualquiera de ellos se basa en abrir nuestros oídos a la Naturaleza.
5. Observa el viento.
¿A que siempre del viento te has quejado o de su soplo te has cobijado? Pues la próxima vez que sientas una ráfaga de aire, cázala, intenta averiguar de dónde viene, a dónde va. Haz poesía con eso. ¡Cántale!, ¡báilala! (qué cursi me pongo a veces Jesús... jajaja).
Continuará...
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6.09.2013