Valentín Tomé
Res publica: El multiverso de la caja B
En un artículo anterior, Los criptopápeles de Bárcenas, depositábamos nuestra confianza en la celebración del juicio sobre la Caja B del Partido Popular para lograr desentrañar uno de los mayores misterios de la criptografía moderna. Y a buena fe, que nuestras esperanzas se vieron plenamente satisfechas. En boca de su único y genial encriptador, Luis Bárcenas, hemos podido definitivamente saber qué identidades se escondían tras las anotaciones realizadas en sus pápeles. Así, estamos ya en condiciones de poder afirmar que "R. Rato” es en realidad Rodrigo Rato, "Paco A.C.”, Francisco Álvarez Cascos, "Jaime M.”, Jaime Mayor Oreja, "D. Cospedal”, María Dolores de Cospedal, "Javier A.”, Javier Arenas, J.M. "José María Aznar”, o "M. Rajoy”, Mariano Rajoy, entre muchos otros.
Paralelamente a todo esto, gracias a las declaraciones de Alfonso Bosch Tejedor, exdiputado del PP en la Asamblea de Madrid, ya conocemos las identidades que se ocultaban tras los diversos motes que se utilizaron durante la trama Gürtel y quedaron reflejados en archivos contables. González Panero, exalcalde de Boadilla del Monte, era "Albondiguilla” o "Albon”; Francisco Correa, empresario líder de la trama, "Don Vito”; y Pablo Crespo, ex secretario de Organización del PP gallego y número dos de Correa, "Grecian”. A César Tomás Martín Morales, antiguo jefe de la empresa municipal del suelo de Boadilla, le denominaban "Santo”. Y "en mi caso”, dice el exdiputado regional del PP, era "Bujías” o "Neveras”: "Derivado de mi primer apellido, Bosch, que coincide con la marca de tales elementos”.
En un breve intervalo de tiempo, se han resuelto, por lo tanto, dos de los más grandes misterios que supusieron durante años todo un desafío intelectual para los más brillantes criptógrafos. Sin embargo, cualquiera que haya podido seguir las declaraciones de los diferentes testigos en el juicio de la Caja B se habrá dado cuenta que, si bien el tema criptográfico ha quedado resuelto, las informaciones aportadas no hacen otra cosa que adentrarnos en un misterio aún mayor de naturaleza aparentemente insondable.
"Conocí esos papeles a través de los medios de comunicación"; "Esos apuntes no tienen nada que ver conmigo"; "No hay ninguna caja B del PP. Habrá unos papeles del señor Bárcenas, que tendrá que explicar”; "No he cobrado ningún sobresueldo"; "Yo creo que los papeles, quien los ha cambiado, y varias veces, es el señor Bárcenas"; "La única caja fuerte que he visto, y nunca he usado, está en Moncloa"; "En lo que se refiere a mí, son falsos"; "En el PP nadie me llamaba Federico"; "Desconozco si en la organización hay algún otro Javier Arenas"… Estas manifestaciones fueron producidas en calidad de testigos por los principales políticos cuyos nombres encriptados aparecían en el libro de contabilidad de Bárcenas. Recordemos que todos ellos formaron parte de la cúpula de diferentes Gobiernos del Reino de España durante varias legislaturas, por lo tanto, no cabe posibilidad alguna de falta de veracidad en sus declaraciones. El testigo está obligado bajo solemne juramento a contestar la verdad, con penas previstas en el Código Penal para el caso de su incumplimiento. Nada puede hacernos pensar que toda una pléyade de exministros o expresidentes de Gobierno de un país avanzado democráticamente con un Estado de Derecho consolidado mientan violando su propio juramento honorífico.
Por otra parte, resulta difícil imaginar a cualquier persona realizando anotaciones contables durante décadas desde la ficción. No es la contabilidad un género literario con el que poder desarrollar el talento artístico usando la imaginación. Además, durante el juicio ha quedado acreditada la veracidad de algunos pagos reflejados en esos papeles. Así, tanto Jaime Ignacio del Burgo como Eugenio Nasarre, ambos exdiputados de la formación popular, han explicado que las notaciones referentes a sus personas son ciertas (si bien según sus declaraciones se tratarían de pagos completamente legales). También el empresario Lago Bornstein confesó la entrega de 10 millones de pesetas "sin carácter finalista”, de ahí la razón de su aparición en los papeles. Y lo que es más importante y definitivo, los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía, que han declarado como peritos ante los magistrados, han ratificado que los papeles de Bárcenas evidencian la existencia de una contabilidad paralela dentro de la formación durante casi dos décadas, por donde fluía dinero negro que acababa engrosando las cuentas oficiales de los populares.
Nos encontramos entonces ante una terrible paradoja. Si por un lado lo testificado de manera unánime por expresidentes y exministros es cierto, y las anotaciones reflejadas en los papeles, una vez desencriptadas, también lo son, estamos ante una violación del principio del tercero excluso, un principio de lógica clásica según el cual, si existe una proposición que afirma algo, y otra que lo contradice, una de las dos debe ser verdadera, y una tercera opción no es posible. Trataremos de exponer a continuación una aventurada hipótesis que logré salvar esta paralizante contradicción. Y su raíz se encuentra en un problema ya clásico de la física cuántica: el problema de la medida.
El lector familiarizado con la paradoja del gato de Schrödinger ya sabrá a lo que nos estamos refiriendo. Por resumirlo brevemente podríamos decir que, siguiendo los postulados de la mecánica cuántica, un sistema se encuentra en un estado mezcla (en el caso del gato podíamos decir vivo-muerto) hasta que se realiza sobre él una medida que nos indica hacia donde ha colapsado ese momento el sistema (el gato estará vivo o muerto cuando lo observemos). Según esta teoría, al medir obligamos al sistema a que de manera aleatoria (resulta imposible predecir cuál será el resultado de la medición, solo podemos hablar de probabilidades) adquiera, al menos por un instante, un estado definido.
Para salvar esta aparente paradoja, el físico Hugh Everett por los años 50 del siglo pasado propuso la «interpretación de los universos múltiples» o «interpretación de los mundos múltiples» (IMM), según la cual cada medida «desdobla» nuestro universo en otros universos paralelos mutuamente inobservables, y en cada uno de ellos se da una realización diferente de los posibles resultados de la medida (así siguiendo con la paradoja del gato de Schrödinger habrá un universo donde este esté vivo y otro donde se encuentre muerto).
Sabemos que la perfección absoluta no forma parte de los atributos humanos (ni probablemente de nada que pertenezca a lo material), por lo tanto, cualquier persona, por muy alto código moral que sustente, es susceptible en algún grado, por muy infinitesimal que sea, de ser corrompida. Supongamos que el grado de incorruptibilidad de Mariano Rajoy es del 99,9999999999 %, es decir, que por cada billón de posibilidades de ser corrompido sólo caiga en la tentación en una sola ocasión. E imaginemos ese momento temporal en Génova 13 donde Luis Bárcenas en su despacho le sugiere la posibilidad de cobrar un sobresueldo en B. Del billón de universos que en ese momento se desdoblan, habrá uno donde el expresidente acepte ese ofrecimiento. Es decir, habrá un mundo donde las cosas han sucedido tal y como las relata Bárcenas, al menos en lo que respecta a Rajoy.
De la misma manera, lo mismo sucederá con cualquier otro personaje de los que aparecen en esos papeles, sea cual sea su probabilidad de realizar un acto inmoral. Y por lo tanto existirá un universo, uno a lo mejor entre un orden astronómico de ellos (eso dependerá del grado de honorabilidad que el lector esté dispuesto a otorgar a nuestros protagonistas), donde todo habrá sucedido según las anotaciones realizadas por el autocalificado como genio de las finanzas.
Ahora bien, ¿en qué universo de todos los posibles nos encontramos actualmente nosotros? Es evidente que, por una mera cuestión probabilística, dada la cantidad y categoría de los testigos que se han mostrado estupefactos por la existencia de esa contabilidad B, nos encontramos en uno donde los hechos relatados por Bárcenas jamás han ocurrido. ¿Y cómo es posible entonces que, tal y como hemos afirmado, el excontable esté diciendo entonces la verdad? Para intentar dar respuesta a este hecho, debemos recurrir a las hipótesis más recientes en relación a estos universos paralelos.
En un artículo publicado en 2014 en la revista Physical Review X, el profesor Howard Wiseman y el doctor Michael Hall del Centro Griffith de Dinámica Cuántica demuestran la posibilidad matemática de que estos mundos paralelos no solo existan, sino que no sean todo lo "paralelos” que postulaba Everett inicialmente en su teoría e interaccionen entre ellos. En lugar de evolucionar de forma independiente, estos mundos cercanos se influyen entre sí por una sutil fuerza de repulsión.
Así, cabe la posibilidad matemática de que una "copia” de Luis Bárcenas, con sus papeles debajo del brazo, procedente del universo en el que ha tenido lugar todo ese sistema de corrupción del PP tan prolijamente descrito en sus declaraciones (ya hemos demostrado la existencia de ese posible mundo), se haya intercambiado con el Bárcenas que conocieron durante su etapa de tesorero en el Partido Popular los principales dirigentes de este partido ahora llamados a testificar. No podemos saber el instante exacto en el que tuvo lugar tal fenómeno de teletransportación cuántica, pero sí estamos en condiciones de afirmar que tuvo que producirse entre octubre de 2008, fecha de la última anotación realizada en los papeles y enero de 2013, momento en el que se hacen públicos en el diario El País el contenido de algunos de esos papeles.
Todo esto no son más que meras especulaciones, pero por muy inverosímiles que nos puedan resultar, no lo pueden ser menos que aquella que afirme que hemos sido gobernados democráticamente durante quince años por todo un ejército de delincuentes que mienten sin ningún tipo de escrúpulo.