Tribuna Viva
Badenes en Pontevedra
Como todo pontevedrés pierdo la cuenta de las veces al día que bajo a todos los santos del cielo al circular por la ciudad en coche. A causa de los badenes, los que tenemos que usar el coche con frecuencia, nos vemos sometidos a una tortura que no está justificada, en este sentido creo que hay una rotunda unanimidad entre todos los que conducimos por Pontevedra. Su altura y densidad están totalmente desorbitadas y las consecuencias de esto deben ser consideradas.
En primer lugar, y como inconveniente más obvio está el deterioro de los vehículos. Y esto no se produce por saltarse los límites de velocidad, hay un gran número de "lombos" en los que un coche con un tamaño de rueda pequeño recibe un brusco impacto si circula a la velocidad estipulada. Puedo asegurar que circulando con un SEAT Ibiza por la Avenida de Uruguay a 20 Km/h el coche se revienta contra los badenes.
Como continuación y como consecuencia directa de lo anterior está el taller, arreglar los desperfectos y averías producidos por los agresivos golpeteos y el uso desorbitado de los frenos que se produce al circular por nuestra ciudad.
La siguiente consecuencia de estos desafortunados medios para controlar la velocidad es la contaminación. Hay que darse cuenta que cuando un conductor se encuentra con uno de estos badenes frena para superarlo para posteriormente volver a acelerar y a los pocos metros volver a frenar y así sucesivamente, evidentemente, la contaminación procedente de la exhaustación de los vehículos es exageradamente mayor que si el vehículo circulase a velocidad constante.
Un estudio realizado en el Reino Unido por el NICE (National Institute for Health and Care Excellence) afirma que un vehículo sorteando badenes emite hasta un 60% más de CO2, un 60% más de óxido de nitrógeno y hasta un 47% más de otra clase de partículas contaminantes.
A esto hay que sumarle que cada vez que se frena para pasar un badén se produce un polvo que evidentemente es perjudicial para el medio ambiente y especialmente para los pulmones. Igualmente este informe hace referencia a las 25.000 personas que cada año fallecen en el Reino Unido a causa de la contaminación atmosférica.
Vamos con el caso de los servicios de emergencia. Evidentemente los badenes aumentan considerablemente el tiempo de respuesta de vehículos de policía, bomberos y ambulancias. Esto es especialmente grave en estas últimas, al causarse molestias a los pacientes que pueden ser severas dependiendo del tipo de paciente:
- En un estudio efectuado se recogen testimonios de pacientes en diálisis que sufren sangrado por el impacto del badén, además de otros efectos adversos.
- Las personas que han sufrido un ictus o un infarto se ven doblemente afectadas, por un lado el tiempo de respuesta, que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, por otra parte están los golpes y saltos que da la ambulancia al pasar por un badén, que provocan que el paciente se desestabilice, tanto más cuanto mayor sea el número de estos, llegando en los peores casos a tener que parar la ambulancia para volver a estabilizar a la persona.
Otro aspecto que, aunque podría considerarse como secundario, no se debe pasar por alto, es la fluidez del tráfico. A lo largo de los últimos años hemos visto cómo en la ciudad se han ido adoptando medidas de cambios de direcciones, anulación de carriles de vías o incluso supresión de algunas de ellas que han desembocado en una circulación más lenta. Si a esto le sumamos los badenes la desesperación del conductor que debe acceder al centro está servida.
El actual gobierno municipal lleva a cabo una política de liberar el casco urbano de tráfico, esa es su idea de ciudad, totalmente respetable, igualmente no hay razón para poner en duda que esto se hace con la mejor intención para la ciudad y de que desde la alcaldía están convencidos de que es algo bueno.
Pero la cruda realidad es que los coches tienen que circular, los ciudadanos que viven en el centro y que han pagado una plaza de garaje o un alquiler de aparcamiento tienen que ir a trabajar, las emergencias existen y los vehículos de policía, bomberos y ambulancias deben circular de la forma más fluida posible. Estoy de acuerdo con que una ciudad sin coches o con pocos coches es mucho más agradable que una con muchos, eso nadie lo pone en duda, pero no deja de ser una entelequia, algo que realmente es impracticable si lo que se busca es el bienestar y la comodidad del ciudadano.
Tras buscar en la página web oficial del Concello de Pontevedra algún documento que regulase la normativa sobre badenes en la ciudad no he encontrado nada. A nivel nacional existe la Orden de Fomento 3053/2008, de 23 de septiembre, la cual establece que solo se podrán instalar en zonas donde se avise de la obligación de reducir la velocidad a través de señalización vertical, con una misión de apoyo para conseguir que el conductor cumpla los límites de velocidad. Además, deberán respetar una distancia entre uno y otro de un mínimo de 50 metros. Según la ley, si la normativa sobre badenes no se ajusta a estos puntos, se considerarán obstáculos en la calzada y podrán ser denunciados.
La misma norma establece los tipos de badenes, el más abundante en nuestra ciudad es el paso peatonal sobreelevado. La normativa establece que deben tener una zona sobreelevada central de 10 centímetros de altura y cuatro metros de longitud con dos rampas. Estás rampas no superarán el metro de longitud si el badén está situado en una zona limitada a 30 km/h, 1,5 metros para una limitación de 40 km/h y 2,5 metros para las zonas de 50 km/h. Otro requisito es que el borde la rampa, es decir la distancia entre el asfalto y el principio de la rampa, no supere los 5 milímetros, importante para evitar daños materiales en los vehículos.
No voy a entrar en si la normativa anterior se debe o puede aplicar en todos los ayuntamientos o no, únicamente reflexionar que cuando existe es por algo y que evidentemente en Pontevedra no se cumple, ya que los badenes son mucho más "agresivos" y su distanciamiento es, en gran número de viales, mucho menor de lo que figura en la norma de Fomento.
Igualmente me gustaría reflejar un extracto de las declaraciones del director de la DGT, el cual señala que no tiene sentido que haya badenes. El pasado 11 de mayo entraron en vigor los nuevos límites de velocidad en vías urbanas. A partir de ahora se puede circular a un máximo de 20 Km/h en vías con plataforma única de calzada y acera. Si la vía tiene un único carril por sentido de circulación el límite es 30 Km/h, mientras que si la vía tiene dos o más carriles por sentido de circulación el límite asciende hasta los 50 Km/h. Los nuevos límites se aplican a todo tipo de ciudades, pues no dependen del número de habitantes sino de las características de la calle.
Hasta ahora hemos visto los inconvenientes de los badenes, pero fijémonos en sus beneficios. Pues el único y más obvio es la reducción de la velocidad de circulación de los vehículos y como consecuencia directa de esto podría decirse también que del número de atropellos. En este sentido hay que destacar que el índice de atropellos en la ciudad es prácticamente nulo. Pero hagámonos la pregunta, ¿este magnífico dato es gracias a los badenes?, evidentemente han contribuido, pero creo que no es exacto decir que es gracias a estos dispositivos.
En prácticamente todas las ciudades de Galicia se ha reducido el número de atropellos, la concienciación de los conductores, la prudencia de los peatones, los semáforos, los pasos de cebra, los radares fijos y móviles, los controles de drogas y alcohol, son causas que inciden en la reducción de accidentes en las ciudades, no son únicamente los "lombos", de hecho existen ciudades en los que con un número mínimo de badenes tienen un índice prácticamente nulo de atropellos. Es importante destacar que, según los datos proporcionados por la RACE, únicamente el 20% de los accidentes en casco urbano son atropellos.
Igualmente, sumado a la gran cantidad de medios para el control de la velocidad, la mayoría indicados en el párrafo anterior, existe también el lomo de asno o el badén de sección transversal circular, al que hace referencia la normativa del Ministerio de Fomento. Están confeccionados en material plástico resistente y no se utilizan como paso de peatones. La zona sobreelevada es de 6 centímetros con respecto al asfalto y 4 metros de largo. Al igual que ocurre en el paso peatonal sobreelevado, el borde de entrada debe ser inferior a 5 milímetros. Este tipo de badén es mucho menos agresivo para el vehículo y sus ocupantes.
En resumen, los badenes averían los vehículos, generan contaminación, pueden afectar severamente a pacientes en ambulancias, aumentan los tiempos de respuesta de vehículos de emergencias y existen otros medios para obligar a reducir la velocidad.
Me gustaría pedirle con cariño y respeto al gobierno municipal, sin tintes políticos, que no solo no se instalen más badenes, si no que se reduzca su número, y de los que queden, que se reduzca su inclinación y altura, para ello podría tomarse como referencia la Orden de Fomento redactada a tal efecto.
Nuestra alcaldía tiene que saber que esto es el sentir popular (todos sabemos que lo saben), en este sentido me gustaría decir que absolutamente todas las personas que conozco en Pontevedra y con las que he hablado de este tema, están en contra de los badenes y están de acuerdo en lo reflejado en este artículo. Señores del gobierno municipal, lo que se pide en este artículo no es descabellado, tiene fundamento, es lógico, como personas dedicadas al bienestar de los pontevedreses sé que sabrán valorarlo y tomar acción de manera inteligente.
Alberto Fernández Quiñones