Vicente G. Rivas
Montoro, de meritorio a protagonista de Resacón en Eurovegas
Lo primero que pueden decir sus defensores es que al "bueno" de Cristóbal Montoro le ha tocado en suerte la cartera más complicada (puñetera, diría yo) si bien, a tenor de sus palabras, hoja de servicio (en esta legislatura y antes con Aznar) y las medidas que ha auspiciado, se puede concluir que echarse por montera al público le pone.
Desde su regresó al Gobierno de la mano de Rajoy, el intocable ministro (hay quien dice que antes de caer él, se precipita el mismísimo presidente) ha hecho gala de un impecable humor, con esa sonrisilla que descoloca tanto que uno es incapaz de saber si va a morder una yugular, o a lanzarse a imitar al gran 'Chiquito'.
Ha arremetido contra todo y todos. Actores, periodistas y medios de comunicación, oposición, sindicatos, colectivos sociales... Montoro es él y sus circunstancias. Tras las peleas para ver quién goza de más poder entre el equipo de Moncloa, ahora el turno le llega al cine, pero no a los protagonistas de las películas. El titular de Hacienda (que somos todos, aunque con los sobres unos más que otros) ha decidido entrar en el séptimo arte como crítico. Es esta una labor complicada, y si no que se lo pregunten a los más afamados del país, que pasan de ser admirados a denostados según los gustos del respetable. Ahí Montoro tiene algo ganado: le cae bien a muy poca gente.
Las evaluaciones que ha realizado poniendo en entredicho la calidad de nuestro cine (que visto lo visto no forma parte de esa Marca España de la que tanto presume el Gobierno, a pesar de cosechar galardones en todo el planeta) le han servido para 'incrementar' su círculo de amigos. A ver, que el ministro tiene todo el derecho del mundo a opinar sobre los filmes 'made in Spain', faltaría más, y si no le gustan pues lo dice y punto. Fin de la cita.
El trasfondo de todo esto es que, tal vez, su meta es ser actor, faceta que, tras observar algunas de sus comparecencias, bordaría. Solo a modo de ejemplo, basta recordar las promesas de no subir el IVA y lo ocurrido después. Su talante, uy perdón, temperamento, le permite transformarse de manera asombrosa. De aquel "que caiga España que ya la levantaremos nosotros", a "no vamos a subir los impuestos", pasando por "está muriendo nuestro modelo irrepetible de crecimiento" (¿se refería al ladrillo?), se ha transformado demostrando sus dotes en el escenario o ante una cámara de televisión. Sus detractores le tachan de mentiroso. Pero no. Es pura y sincera interpretación.
Es evidente que las cosas no le han ido al Gobierno como había calculado. Pero cuenta con el titular de Hacienda para poner a cada uno en su sitio, para marcar el 'tempo'. En casi dos años de su nueva etapa como responsable ministerial, ha sido capaz de dejar de lado la herencia recibida, vaticinar la recuperación y ofrecerse como erudito en sus materias (supongo que economía, hacienda y cine), no en vano "damos lecciones a Europa y al resto del mundo".
Montoro que No tiene quien le escriba, presume De profesión duro yendo siempre A todo gas. Eso sí, aunque los expertos aconsejan contar con Un gran equipo para dar El golpe perfecto, el ministro, aunque Dicen por ahí que le gusta saber La vida de los otros, siempre lo ha tenido claro; prefiere permanecer Solo contra todos, si bien contando con el beneplácito de El Padrino.
Nada de Bingueros, crímenes en Cuenca o Escopetas nacionales. Rememorando el NO A LA GUERRA de los actores patrios (que no patriotas), él aboga por el NO AL CINE ESPAÿOL. No obstante, en los recovecos madrileños un rumor relacionado con su propósito último toma fuerza. Lograr un papel en la nueva película de capital americano-ugandés-chino-vayaustedasaber: Resacón en Eurovegas. Una tragicomedia ecléctica con juego, tabaco (con su humo y todo), pelotazos y mafia; todo ello trufado con diálogos cargados de ironía ¡vamos, como la vida misma! Dicen que el director tenía dudas pero tras lo afirmado por Cristóbal Montoro en relación con los salarios de los españoles, ha decidido ofrecerle el papel del chistoso que siempre inicia los desmanes.
Los mentideros cinematográficos del Congreso dan para mucho y también se repiten en los pasillos otros cuchicheos con el mismo protagonista. Se rumorea que José Luis Cuerda no descarta al ministro para la segunda parte de una de sus geniales obras. El título lo tenemos claro: Amanece que ahora es menos y con Montoro de portero.