Lucía Lourido
Fernando Sánchez Salinero y un vestido con mucho salero
Hace exactamente una semana contacto con una compañera de clase que estudió conmigo en el instituto.
Me había fijado en que hacía muchos comentarios en un grupo de moda en Facebook, así que le pregunté si era bloguer o algo por el estilo.
Me respondió que no pero que era Community Manager para una firma de moda.
-¡Pues yo soy bloguer! le informo.
-Ah, ¿sí? ¡Nosotros hacemos colaboraciones con bloguers! Les enviamos prendas y a cambio de algunas de ellas, nos mencionan en sus posts.
-¡Qué bien! ¿¿¿Puedo colaborar??? -pregunto toda entusiasmada.
-¡Claro! ¡Sólo tienes que escoger lo que quieres en nuestra web!
Así que allá me voy a su web y la página de facebook.
Escojo un vestido super mono azul marino, que me recuerda no sé por qué a las elegantes damas griegas, con pedrería en los hombros y mucho vuelo, ¡como me gusta a mí!
Me hizo mucha ilusión ya que así es como empiezan las bloguers, les dan algo ¡y escriben sobre ello! Además fue super curioso, volvernos a encontrar después de ¿¿¿10 años??? por internet, y que ella se dedique a mover redes y yo a escribir en ellas, cuando estudiamos codo con codo en el instituto y de aquella ni existía trabajar haciendo esto, escribiendo blogs o moviendo Facebook.
Esta reflexión me trajo a la memoria una charla de Fernando Sánchez Salinero, asesor de Pymes, sobre la superación:
En ella, Fernando nos mostraba la crisis desde otro punto de vista, la crisis como lo que era en realidad: un "cambio de escenario", una oportunidad que nos da la vida para desarrollarnos y ser más valientes.
Y es cierto os lo digo yo que me estoy moviendo en esto, ¿habéis visto la cantidad de gente que está montando su propio negocio, con esa actividad que siempre le gustó desarrollar? Si tuviera su puesto y sueldo fijo, seguro que no se lo llegaba ni a plantear.
Como dice Salinero "en cualquier etapa sostenida de prosperidad" uno se apalanca (igual que cuando con un profesor apruebas fácil sin estudiar).
Lo que sucede es que se está dando un cambio estructural y eso provoca miedo, porque nos enfrentamos a una gran incógnita: ¿QUÿ PASARÁ? Unos lo verán como una amenaza, otros como una oportunidad.
¿Y quién lo ve como una oportunidad? El que no tiene nada que perder.
Entonces nos cuenta Fernando un ejemplo muy claro:
Cuando aparecieron los primeros tractores, para la gente del pueblo, para los labradores, aquel aparato nuevo constituía una amenaza, igual que para los que vendían bueyes y todo lo relacionado con ellos y con los carros.
Pero en cambio, no se daban cuenta de que, a pesar de perderse algunos empleos, se generarían otros nuevos: El mecánico para reparar el tractor, el de la gasolinera, el fabricante de ruedas
¿Qué hacen entonces los que se sienten amenazados? Luchar por frenar el avance:
-No queremos ruedas, no a la tecnología, no a NO.
Y al principio le ven las desventajas a todo: poca eficiencia, costes del aprendizaje, en tiempo, en dinero
Pero esas dificultades son las situaciones de las que nacen las oportunidades.
Se están enseñando profesiones que en cinco años no van a existir, igual que se trabaja en otras que hace 10 no se llegaban ni a concebir (como mi caso o el de mi compañera). Pretender trabajar con modelos antiguos es como pretender que tenga éxito una tienda de máquinas de escribir. La sociedad fluye como las personas, y nunca será la misma que una vez fue.
Conclusiones:
-¿Qué quieres ser? ¿Un empleado o un "empleadosaurio"? (¡este término me encantó!)
-Deberíamos dejar de formarnos en lo que ya están todos formados (ejemplo más claro, los doblemente titulados, con dos carreras, máster y en paro).
¡Debemos ir a por lo que no se hizo aún!
¿¿¿Y qué no se hizo aún???
Pues.. ¡lo que sólo puedo hacer yo!
Y ahí surge la segunda pregunta de difícil respuesta: ¿Qué puedo ofrecer yo que le interese a la sociedad? ¿Qué puedo dar yo?
-Debemos sacar brillo a nuestro talento, ¡lo bueno es que TODO EL MUNDO TIENE ALGO! ¡Lo único complicado es identificarlo! (y si no decídmelo a mí, 27 años para descubrir que quiero dedicarme a bailar y a escribir).
-Tenemos que asombrar al mundo, levantarnos cada mañana dispuestos a comérnoslo. Porque si no, va a llegar otro y nosotros nos vamos a comer los restos.
-Superar nuestros límites, ya que el miedo sólo tiene un milímetro de espesor, pero es muy oscuro (son todo frases de Fernando Sánchez Salinero que anoté, como alumna aplicada que soy, en mi libreta, jajaja).
- y Revolucionar: usar el cerebro y el corazón. Por muy empleado-robot que seamos: coger una hamburguesa, empaquetarla, cobrar y servirla siempre se puede hacer humanamente, con una sonrisa.
Así que, si cada vez que tenemos miedo, un obstáculo, damos un paso adelante, ampliaremos nuestra zona de comodidad, aquella en la que nos sentimos seguros, y entraremos en la que es mágica y rica, de desarrollo personal y descubrimiento (esto lo corroboro por experiencia también, porque lo que he vivido estos seis meses que llevo con la idea de realizar mi propio proyecto y mi blog, no puedo describirlos con otro adjetivo que no sea "mágicos")
- La respuesta está en tus manos no busques en manos de otros (los políticos) algo que en realidad está en las tuyas
Así que ahora
Aquí estoy, luchando cada día por mi sueño, dedicándome a escribir y conociendo a gente tan maravillosa como Fernando Sánchez Salinero, o redescubriendo a otros que ya conocía (como mi compañera).
Todo ello y además ¡¡con un vestido precioso con mucho salero!! (¡mientras no se lo apropie mi madre!)