Pedro De Lorenzo y Macías
El Arco y la Praza da Pedreira. Memorando Civitatem Duo Pontes
¡Luce el sol, plácido y complaciente! Vaya bronca me imputaron por vuestra curiosidad. ¡Ya pasó la tormenta y llegará la calma! Os veo un poco distraídos. ¿No teníais gran interés de fisgar las plazas de esta ciudad? Vamos a patearlas. Todas tienen su duende, su historia y muchas leyendas.
Estamos en la calle Don Gonzalo; tiene su principio en la plaza de Curros Enríquez y finaliza en el Mercado. De esta calle comentan que vivieron personas pertenecientes al Albergo de Colón. Documento n.º 7, año 1440: Minutario Notarial de 1440, folio 4 vuelto. Escritura de 4 de Agosto, por una parte del terreno de la rúa de D. Gonzalo de Pontevedra, a favor de D. Juan Osorio, picapedrero, y de su mujer María de Colón.
Es posible que estuviese ubicado dicho terreno en este lugar, ya que entraremos en la plaza de los picapedreros. Aporta que los hebreos tuvieron grandes propiedades en esta ciudad.
¡Observad este bello arco ojival! Nos da entrada a la Plaza de la Pedreira y consuela el Pazo Mariño Lobeiras; una joya antigua y hermosa del casco amurallado. Ha sufrido dos incendios, y agoniza. Suplica rehabilitación y otra oportunidad de testigo histórico.
¿Quién era Mariño Lobeiras? Tenéis curiosidad. Es muy bueno. Nos lleva a compartir nuestras cosas e ir conociendo un poco de nuestra historia. "Antonio Mariño de Lobeira y Andrade y Sotomayor fue un aristócrata español. Nació en Pontevedra (Galicia) y fue bautizado el 18 de julio de 1648), I marqués de Mariño, teniente general de los Reales Ejércitos, mariscal de Campo de un Tercio de Infantería en los Estados de Flandes, caballero de la Orden de Santiago".
Felipe V en diciembre de 1705 le concede el título de Marqués de Mariño (Antonio Mariño de Lobeira y Andrade y Sotomayor). Muere luchando y sin descendencia directa.
El título de marqués de Mariño pasó a la casa de los marqueses de la Sierra. El título fue rehabilitado en 1921 por María Lourdes Cabeza de Vaca y Carvajal II marquesa de Mariño.
Tal vez alguno de vosotros os apetezca conocer más a fondo sobre este gran Pontevedrés. La historia del Marquesado: sus herederos y su genealogía. Os detallo unas buenas fuentes: Carlos Martínez-Barbeito y Jaime Bugallal y Vela. Os darán gran información.
¡Qué belleza de plaza! Las piedras rebosan de ese encanto de nuestra tierra. Notamos humedad, ya que nos asoló el temporal Barra. Tuvimos fortuna. Ya luce el perezoso sol.
El nombre de esta plaza se debe al gremio de los picapedreros, dando origen a las escuelas de canteros. En toda la Provincia se disputan quiénes eran los mejores. Aquí esculpían, labraba piedras bien diseñadas; luego las unían al edificio de turno, logrando grandes monumentos.
Siempre que paseo por esta plaza, recuerdo a mi abuelo. Fue Maestro Cantero; él y su equipo tallaron la puerta de Correos, sita en la calle de la Oliva. Contaba que la escultura pétrea se originó en la prehistoria; durante siglos los canteros dejaron vestigios pétreos artísticos y elegantes. Sigue sobreviviendo el arte de modelar la piedra; lucha contra el ladrillo y otros materiales.
¡Observad el Pazo de Mugartegui! Construido entre los siglos XVII-XVIII presume de ser un potentado de la cultura barroca urbana. José Manuel Valladares y Figueroa, conde de Fefiñans, ordenó que lo edificasen, sobre unas ruinas de una casa del siglo XVII, heredada de sus padres. La edificó el maestro cantero Pedro Antonio Ferreiro, de Campo Lameiro; se finalizó esta construcción en 1771, menos el “piñon” (remate ornamental).
Remata con un curioso reloj de sol; debajo un gran escudo que representa a los Figueroas, Araújo, Miranda y Quirós.
En mitad del siglo XX fue dividido en varias viviendas; estuvo ubicada la Academia de Estudios Jovellanos. Pasados unos años, lo adquirió el Ayuntamiento. Jesús Aser Fole, arquitecto, se encargó de su rehabilitación y restauración. En 2001 se instala en su sede el Consejo Regulador del vino de Origen Rías Baixas, con un museo del vino en su planta baja. Sus salones acogen actos culturales, sociales, organizados por el Ayuntamiento.
La denominaron Plaza de Mugartegui que no envió al baúl de los recuerdos su origen: La conocemos como Plaza da Pedrería, en recuerdo de nuestros excelsos canteros.
En alguna feria franca se emula una cena medieval cortesana, luciendo galas, blasones, escudos. En el medio colocan una gran mesa. A los aledaños, plebeyos aliñando viandas a fuego lento, barricas de buen vino, y degustaciones medievales. Se solicita reserva con mucha anticipación.
Paseando por este muro que encierra misterios sumarísimos, salimos por la calle del Padre Isla y encontraremos los Arcos de San Bartolomé. En la próxima andaina, fisgaremos su encanto y sus nostalgias.
¡Amigos, tened cuidado con “Omicron"! No se convierta en Omega. Sería muy lamentable. Cumplid con las normativas sanitarias. ¡Qué El Espíritu Navideño os impregne de salud, sana amistad y solidaridad! Todos somos una parte de este planeta y, unidos, debemos de luchar por la unidad y la vida.
¡Nos vemos después de Reyes! ¿Tendremos suerte este año? ¿Qué nos traerá Baltasar, si lo dejan entrar en nuestros pueblos?
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Sofía Lorenzo Gómez.
Fuentes: Carlos Martinez-Barbeito; Jaime Bugallal y Vega; Guía Acústica Turística ciudad de Pontevedra;
Registrada ® Pedro de Lorenzo y Macías.