José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Coprolalia
Sí, tengo la tendencia, a decir obscenidades, afortunadamente para mis adentros ante cuestiones que me enervan, y voy a detallar unas cuantas ya que mi psicólogo de referencia me ha aconsejado que las exteriorice, a poder ser públicamente, para evitar entrar en un proceso de ira incontrolada. Esta ventana, con el permiso de la redacción, creo que lo permitirá:
− Las personas que cuando les duele el dedo meñique te llaman asustados, contándote todos los pormenores, y cuando tú estás mal, y lo saben, ni siquiera te llaman para preocuparse por ti. Y, no sólo eso sino que cuando hablas con ellos, notas que no te escuchan. Sólo está presente él "yomimeconmigo"..
− Aquellos que les fastidia ser quienes son, y procuran "ascender" no por méritos propios, sino a costa los demás. Por dónde pisan dejan "heridos y algún muerto".
− "Tanto tienes, tanto vales". Los que cuando triunfas te alaban, beben por ti los vientos, pero cuando las cosas te van peor, ni te saludan.
− Las comisiones por mantener cuenta, las colas, las dificultades de atención, sacar dinero…. (Que es tuyo) de las entidades bancarias.
− Las llamadas de teléfono diarias, en el peor horario posible, y con distintos teléfonos para evitar el bloqueo ofertando una mejor tarifa que la que tienes de la empresa que te suministra y te factura. ¡Acaso alguien se cree que te llaman para cobrarte menos!.
− Las personas que fuman en el ascensor, y dejan su aroma durante todo el día. He visto a alguno que sube y baja de continuo hasta que consume el cigarro.
− Los que tiran la colilla al suelo de la acera, y en la playa. ¿Pensarán que se desintegrará automáticamente?. Confieso que he visto a algún habitante de las profundidades, en concreto un congrio echarse unas caladas delante de mis narices.
− Lo que ahora llaman "verdad alternativa", o lo que es lo mismo mentiras. bulos o grandes mentiras sobre cualquier cuestión. También la forma de mentir con gráficos de datos en una presentación en algunos medios de comunicación y redes sociales. Las encuestas y estadísticas inventadas, realizadas a criterio de los intereses del pagador (el arte de mentir con números).
Y, ya amigos y amigas, aunque hay más cosas, no quiero que el enfado de paso a la ira. Como decía Mark Twain: "La ira es un ácido que puede hacer más daño al recipiente en el que se almacena que a cualquier cosa en la que se vierte".