Manuel Pérez Lourido
Por la ventana
Dicen que todos tenemos algo de voyeurs. Bueno, lo digo yo, pero seguro que usted también lo ha pensado. Y si no, hágalo ahora. Nos gusta observar y nos gusta más si pasamos desapercibidos. Es algo que debe tener una explicación psicológica, y estoy tentado de inventarme una, pero confieso que no se me ocurre nada. El voyeurismo es también una parafilia sexual pero de lo que vengo a hablar es de mirar por la ventana. Algo a lo que he cobrado adicción desde el confinamiento de 2019, aunque siempre he sido frecuentador de los ventanales. Uno se arrima al cristal y se pone a contemplar un trozo de la vida de los demás. Me dedico a esto después de levantarme cada mañana, aunque lo que hago es decidir qué ropa ponerme juzgando por la que visten los demás. También cuento el número de paraguas que veo y, dependiendo del porcentaje, lo llevo conmigo o no. Salvo si ya está lloviendo, claro. Soy parvo pero no tanto.
Cuando te asomas por la ventana es frecuente que te asalte la duda de si te están viendo las personas que pasan. Las dudas son mucho de asaltar a la gente a lo loco, y normalmente repiten con los mismos individuos. Paranoicos les dicen. Bueno, lo cierto es que tiene sentido pensar que te ven las personas a las que tú estás viendo. Si vuelven el rostro hacia arriba, aunque solo puedan distinguir las hechuras del ventanal, te da toda la impresión de que están observando cómo los observas. Te entran ganas de disculparte. Abrir la ventana, asomarte y gritar: "usted perdone", "es que estaba aburrido, no lo volveré a hacer". Juan Carlos style.
La realidad es que no, la gente que pasa por la calle no suele tener vista de superhéroe, salvo contadas excepciones, y para eso es necesario creer en los superhéroes, de modo que no, no saben si están siendo observados detrás de los cristales, desde las alturas.
Es imposible cerrar un artículo sobre la contemplación de la vida desde las ventanas sin citar la famosa cinta de Alfred Hitchcock protagonizada por James Stewart y Grace Kelly. Rear window, de título original, aquí La ventana indiscreta. Porque, efectivamente, todo este asunto va de indiscreción, mucha indiscreción.