Jeannette Ramos Vega
27 días: Respeto y valores
Aprendí que no hay amor sin respeto y no hay respeto sin valores. Así que en mi opinión todo comienza con los valores que cargamos en nuestro viaje de vida.
Debemos ser capaces de respetar a las personas que decimos amar y a las que no amamos también. Demostrar amor no es decirlo, está basado en nuestras acciones. No hace falta que me des nada material, ni que resuelvas mis problemas o situaciones. Es mucho más que eso. Necesito que respetes mis necesidades, mis convicciones, mis límites, mis preferencias y circunstancias. Para mí eso es amor. No me tires a los cocodrilos para luego tirarme una soga y tratar de salvarme. El amor verdadero vive en la primera intención no en la solución a lo que ya hiciste.
La madurez emocional tiene mucho que ver con esto. A veces las personas están incapacitadas de amar y respetar a otros porque para empezar su inmadurez emocional no les permite entender las bases fundamentales del amor y el respeto. Les falta ese filtro que separa unas cosas de las otras. Viven la vida en la superficie, en lo fácil y cómodo, centrados en ellos mismos. No conocen la verdadera razón por la que vinimos a este mundo…el amor.
Entonces tienes un florero lleno de rosas casi marchitas tratando de actuar como si fueran un jardín hermoso y restaurador. Mentira. Solo son un puñado de personas cercanas a ti que en lugar de aportar, son objeto de nubes grises, de desalientos, envidia y vacío. Lo peor de todo es que sabes exactamente quienes son y cómo se comportan. Pero las mantienes en tu vida porque son "familia", "amigos", "conocidos", "gente"…o tu pareja.
Continúas observando el comportamiento de ese amor que exige lealtad siendo un rostro lleno de hipocresía y veneno. Puedes crecer siendo tan tonta que no te des cuenta de nada. Puedes estar totalmente consciente de lo que pasa y fluir, o por el contrario puedes elegir sacar estas personas de tu vida para siempre y ser dueña de tus decisiones, aunque a muchos no les guste.
A mí me gusta darle soga a los que quieren estar en mi barco. Suficientemente larga como para que tiren y pierdan la noción de que en algún momento se va a romper. Que se sientan confiados en que nada hará que esa soga se parta en cantos. Dejo que vayan saboreando poco a poco su propio veneno. Algunas veces yo misma corto la soga antes de tiempo, otras, me siento cómoda a observar el espectáculo para entender el porqué de cada cosa. Yo aprendo de otros. Me nutro de sus acciones débiles y pobres. Observo sus debilidades y frustraciones. Así puedo comprender que para hacerle daño a otros tienes que ser un pobre ser humano con espacios demasiado vacíos. Para herir a otros tienes que vivir en el alma de una serpiente.
Cada persona es responsable de sus actos y toda acción tiene una consecuencia. Esas son reglas bastante básicas. Como dije al comienzo, todo está en tus valores. Esa es la madre naturaleza dentro del ser humano. Te recomiendo que nutras tu vida positivamente cada día, alimenta el alma y el espíritu. Comprométete contigo para que sepas ser leal a los demás. Respira paz para que puedas estar en un mundo pacífico. Respeta. No pienses que los demás son un libro abierto para que tú escribas. Amate, solo así entenderás lo que realmente es el amor.