Jeannette Ramos Vega
27 días: Mi vestido no me describe
Exijo que me mires con respeto, con la certeza de que soy un ser humano que no pertenece a la mirada de nadie. No creas que tus ojos son dueños de mi cuerpo cuando doy la espalda.
No importa cuánta ropa llevas puesta, poca ropa, mucha ropa, escotada o no, desnuda. No soy presa que irá a la fuerza a tu mesa para ser devorada y saciar tu hambre carnal.
Tampoco soy la razón para que todo el mal que llevas dentro salga con el pretexto de que yo me lo busqué. Mírame a los ojos y si tienes algo que preguntar; pregunta. Si tienes algo que decir; dilo. Pero no me juzgues sin conocerme, mi vestido no me describe. Piensa en las mujeres de tu vida antes de hacerme daño o juzgarme por mi vestimenta, como luzco, mi cabello, en fin mi apariencia física.
Soy tan merecedora de respeto como tú, como los hombres que conoces, como las mujeres que te vieron crecer, como la hembra que te trajo a la vida… como tu hija, tu hermana o tu nieta.
Todo lo demás es un acto de maldad, rasgos de una mente enferma que controla vilmente tus acciones y tú piensas que luego la disculpa será la palabra mágica que traerá el perdón en las manos.
Permíteme explicarte quien soy.
Soy mujer, dueña de mi camino y mi destino. Delicada como una flor, tan dura como el hierro. Cálida y dulce ante la humildad. Soy veneno de todo lo que pretende hacerme daño. No desespero ante lo desconocido. Prefiero la calma, elijo la palabra, la comunicación en igualdad. No seduzco nada que no sea mío. Soy cigüeña y pan. Soy la teta de mis hijos, su mano amiga, su primera caricia, su guía. La guerrera que no se quita. La alegría de mi propia fiesta. Dueña de mi mente, en control de mis acciones y mis decisiones. Yo soy madre, hija, niña, mujer, hermana, amiga, soy todo. Soy terruño, fruto de mi madre y de mi padre. Tengo los mismos derechos que tú, somos semejantes. Analiza tus pensamientos y tus opiniones. Escúchate hablar. Mírate al mirarme. Hay una línea invisible pero real que nos separa. Se llama respeto. Yo no salgo de mi casa para ser presa de una fiera enferma que decida herirme solo porque mi pantalón es muy apretado, o muy corto. Los animales salvajes no salen a la calle. Es momento de usar el pensamiento, la lógica, las neuronas, y un poco de amor. Es momento de mirarnos con dignidad, con igualdad. Los tiempos cambiaron. No seas tú la fiera seca y pobre que está en el pasado. No seas la muerte social, el deterioro. Mírame y trátame con respeto.
Estoy de pie para decirte que no acepto tu falsa moral ni tu irresponsable manera de pensar.